Todo está mal
Triques
Por José García Sánchez
La frase común entre los inconformes con el actual gobierno es que todo está mal. Como nada les parece todo es negro, oscuro sin futuro. Para considerar que algo está más se requiere un parámetro y así decir qué está mal, comparado con qué. Nunca lo especifican.
Por otro lado, nadie aclara que, de ese todo, como medida más filosófica que cotidiana y concreta, no se divide esta consideración de derrotismo. Porque falta por aclarar si la economía está mal, respecto a qué situación dentro y fuera del país.
Un ejemplo claro es la inflación que impulsa altos precios en algunos productos. En estos casos, el resto del mundo no existe. Sólo la comparación del precio de un producto que antes costaba un peso y ahora cuesta dos. Las causas del aumento de algunos productos, incluso de primera necesidad están manejados, controlados, incluso impuestos por instancias fuera del gobierno.
La tortilla es uno de los productos que no puede controlarse porque los monopolios de la masa simplemente están contra el actual gobierno y al aumentar el precio de su producto matan dos pájaros de un tiro: dejan mal al gobierno y ganan más dinero.
En otros productos el caso es similar, aunque se gana terreno sobre el control de otras mercancías que no tienen límite, y que en cualquier otro país no sólo están más caras sin que hay escasez. Pero aquí tampoco el resto del mundo existe. Sólo el presente que les dicta la noción de la desgracia, y les mueve a decir que todo está mal, incluso muy mal.
Sólo en el rubro de la economía hay muchas divisiones que exigen de un standard para poder medir. No hay nadie con dos dedos de frente que diga que estamos más mal que en el régimen pasado. Eso nunca lo dicen y derivan la plática a los precios de diferentes productos o a los viejos resentimientos de campaña electoral que señalan que no se ha cumplido la promesa de bajar el precio de la gasolina, a pesar de que se ha mostrado, hasta el cansancio las condiciones que determinan su precio.
La inflación a pesar de los tiempos, es menor que países que siempre fueron más fuertes que México, con finanzas más sólidas que el nuestro. La inflación no ha llegado a dos dígitos como en varios países, incluso desarrollados.
La fortaleza del peso frente al dólar ha ocasionado fantasías en algunos que se autodenominan especialistas y llegado al extremo de decir que un peso fuerte daña la economía nacional, porque se contrae la exportación, lo cual no ha sucedido.
Nadie se atreve a decir que estábamos mejor con Peña Nieto o con Calderón sin temer un argumento contundente que anule y descalifique sus palabras; sin embargo, la oposición en los partidos, ante la falta de argumentos, tiene como gran proyecto a futuro tratar de reestablecer lo que se acabó en el pasado como el seguro popular, las guarderías, las secuelas de tiempo completo, las asociaciones que evadían impuestos, los institutos que se convirtieron en sucursales de la oposición, instituciones que fueron creadas para justificar la corrupción, etc.
Como parte de ese panorama sombrío en el que algunos ven la realidad del país está considerar las inversiones en dienrotirdo a la basura. Por ejemplo, de no pagarse amparos y contratos del viejo aeropuerto de Texcoco se estarían gastando millones d pesos al año en el mantenimiento de una aeropuerto que en cada temporada de lluvias se inundaría, eso sin contar los desgajamientos en el subsuelo que podrían ocasionar accidentes fatales. Incluso, va más allá el tren Maya para los pesimistas por consigna en dinero tirado a la basura.
Hay un ejemplo muy claro de que eso de que todo está mal es una consigna que se contagia como el coronavirus, sin saber y, más aun sin pensar. Ahora que el canal de Panamá pierde rápidamente altura de agua, creando un verdadero caos y encareciendo su paso, la alternativa será el Tren interoceánico que atravesará en Pacífico con el Golfo de México prácticamente en el mismo tiempo que un buque de carga, cuya construcción es una inversión y no un basto superfluo como quieren hacerlo ver los panistas.
El Corredor Interoceánico tendrá tres rutas, Z, FA, y K, la primera es de 308 kilómetros, va de Coatzacoalcos, Veracruz, a Salina Cruz Oaxaca. Estará listo en seis meses.
Cuando se dice que todo está mal habrá que agregar en qué, comparado con que, con qué país, en que tiempo, en qué lugar. Mientras esto ocurre se trabaja.
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