Radiografía de un campeón
Por Jorge Carrasco V.
Tras una sequía de diez años sin campeonato, los Diablos Rojos abrieron la chequera para conseguir su décimo séptimo campeonato a cualquier precio.
Contrataron a los Yanquis de Nueva York como sinodales, aunque éstos no tomaron en serio el asunto y mandaron a su segundo equipo que perdió dos juegos.
Consiguieron a los peloteros más caros del circuito, aprovechando que estaban castigados por las Grandes Ligas. El dominicano Robinson Canó demostró que es un profesional de carta cabal que a sus 41 años, terminó como campeón de bateo con .431, 14 cuadrangulares y 77 producidas.
En el caso de Trevor Bauer se le fueron extendiendo contratos de cinco en cinco juegos, que terminaron con la corona de ganados con 10 y la de ponches con 120.
Eligieron a un manager con pasado escarlata pero sin blasones en el verano como Lorenzo Buddy y aprovecharon la regla de 20 extranjeros, aunque ellos contrataron 10 más.
Bundy cambiaba de Line up todos los días, eso sí, sin incluir a más de tres mexicanos por juego. Finalmente solo Julián Ornelas, líder en carreras producidas con 84 y Juan Carlos Gamboa .324 terminaron como titulares.
La lesión de Yaphet Amador .234, 6 cuadrangulares y 33 producidas le abrió paso a los extranjeros como Marmolejos y Arias. Y aun mediocres como Jorge rondón tenían preferencia sobre nacionales como Moisés Gutiérrez.
Para simular que apoyan el talento mexicano los Diablos debutaron a cuatro chamacos ¡pero solamente una entrada o menos!
En el pitcheo batallaron, pues detrás de Bauer solo estaba Erik Leal 8 ganados y un perdido. Ni Robbie Williams, Daniel Ponce de León llenaron las expectativas y cambiaron a Jared Lakin y Steven Moyers a otros equipos. Finalmente trajeron a Brooks Hall y al receptor Patrick Mayzeka en lugar de JoséBriceño, que había trabajado toda la temporada.
En el bullpen solamente tenían a un mexicano Edwin Fierro, y a norteamericanos de medio pelo como Jimmy Yacabonis, Conner Menez y Justin Courtney. Dejaron ir al japonés Daniel Hisaki, pero mantuvieron a otro proscrito, Tomohiro Anraku, que para sorpresa de todos fue líder en holds con 20.
Su cerrador Jake Sánchez tampoco era una garantía pues falló en media docena de juegos.
Tuvieron un engañoso 71 ganados por 19 perdidos, lo que hacía pensar que eran invencibles, sobre todo cuando en los playoffs tomaron venganza de Pericos y Leones.
Pero para sorpresa de todos, su hermano menor los Guerreros de Oaxaca los tuvieron abajo tres juegos a cero, quitándole lo invicto al pedante Bauer. Así pues quedará la duda de si los Guerreros no recibieron línea de su propietario, que prefería justificar su millonario gasto, que por cierto nadie a mencionado.
No sería de extrañar conociendo la doble moral escarlata que se vanagloria de tener un estadio libre de tabaco, pero lo ha convertido en la cantina más grande del país, pese a limitar la venta de alcohol en las últimas entradas, cuando ya la clientela está bien servida y propicia a desfiguros.
