Presidentes improvisados
Por Jorge Carrasco V.
Desde hace varios años la Presidencia de la Liga Mexicana de Béisbol se ha convertido en una especie de botín político a la que llegan personas que no saben nada de béisbol, pero pretenden utilizarla como plataforma para sus proyectos personales.
Baste ver a los dos últimos. El futbolero Javier Salinas, quien pretendió copiar el esquema de las liguillas del balompié con tan malos resultados que solo duró un año en el cargo. y de cuya nefasta relación con las Grandes Ligas, aún no se repone la liga.
El pentatleta y funcionario Horacio de la Vega llegó con la peregrina idea de recortar a siete entradas los juegos entre semana. “para mejorar los tiempos”.
Bajo su gestión se permitió que los Piratas de Campeche jugaran toda la temporada del 2022 en calidad de visitantes. y se aprobó la inclusión de los Conspiradores de Querétaro, sin que tuvieran estadio, en un afán de expandirse, sin tener en cuenta que cinco o seis equipos atraviesan por graves problemas económicos.
Pese a esos desatinos, se le prolongó su contrato, ante la posibilidad de que se fuera a la Federación Mexicana de Fútbol con su amigo Ivar Sisniega.
Se extrañan los tiempos de estabilidad del circuito como el de Antonio Ramírez Muro que duró de 1962 a 1981, un año después de la huelga de la ANABE, o el de Pedro Treto Cisneros de 1983 a 1999.
Urge pues alguien con conocimientos beisnoleros que ayude a consolidar un circuito que está por cumplir 100 años de vida.