¿Por qué somos tan violentos?
Desde que el gringo John Kenneth Turner escribió aquel libro llamado México Bárbaro, donde relataba las barbaridades de aquel México que se fue, pero que ya regresó ahora más bravo, con más de 165 mil muertes en el sexenio de AMLO. En aquel libro Turner intentaba despertar conciencia de la injusticia en México. No lo logró, desde aquel año de 1908. Cuentan los historiadores, que cuando don Porfirio Díaz se les iba exiliado de tour a París en el Ipyranga, el viejo oaxaqueño, dijo: “Adiós Patria querida, cuidado, no vayan a despertar al México bronco”. Ese México bronco no ha dormido, sigue bien despierto. Prueba de ello es que ahora las redes sociales trabajan como reporteros de los diarios. Y cada día de cada noche nos asombran con la brutalidad de nuestros adultos y también de nuestros jóvenes. Quizá eso obedezca a la impunidad en el país. En Veracruz aparecieron unos Porkys que se hicieron famosos y algunos pisaron o pisan cárcel. Pero la noche de anoche comenzó a circular un video donde unos cuantos jóvenes (8), afuera de un antro en Puebla, y al calor de las copas, apalearon a un jovencito y la patada que le da ese animal en la cabeza, era para matarlo. No miden las consecuencias, ya los buscan y seguro los van a atrapar, para que paguen con cárcel esa golpiza. No razonan en esa euforia de golpes, que su vida cambiaría para siempre, o huyen o van a la cárcel, que a sus padres los dejan ‘tocados’ por esa maldad, porque los padres siempre sufrirán las consecuencias. No despertemos a ese México Bárbaro, decía don Porfis y no, nunca ha dormido, sigue bien despierto.
MONREAL NO VA
Decían los grandes políticos que, cuando no te tocaba ni yendo a Chalma, el mago perverso de todas esas inquinas presidenciales, lo fue Adolfo Ruiz Cortines. Jugó con la designación de su sucesor. Era y aún sigue siendo el tiempo que los presidentes imponían a sus candidatos. Ahí está el ejemplo de Claudia Sheinbaum, impuesta desde Palacio por el Preciso. Cuando Ruiz Cortines jugaba con sus cinco candidatos presidenciales a sucederle, y todos jugaban doble contra sencillo que el sucesor sería Gilberto Flores Muñoz, secretario de Agricultura, a López Mateos nadie lo mencionaba. La mañana que ocurrió el destape, cuenta Juan José Rodríguez Prats en su libro, esa mañana Gilberto Flores, a quien le decía ‘Pollo’ de cariño, llegó a reclamarle por la designación de López Mateos, y el presidente socarrón le dijo: “Ni modo, Pollo, nos ganaron, nos chingaron”, en lenguaje florido a la Xóchitl Gálvez. Toco el tema porque Ricardo Monreal, que es una chucha cuerera leyendo los mensajes encriptados que vuelcan el país, al darse cuenta que el secretario de Seguridad Pública de Ciudad de México, Omar García Harfuch, se había destapado, bendecido por Es Claudia, optó por retirarse, más vale que digan aquí corrió que aquí perdió. Monreal y Ebrard serán dos de los castigados de este gobierno, del que está y del que viene, si es que ganan. A Monreal lo apestaron desde que Claudia lo acusó con AMLO de que había traicionado a la candidata de Morena de la Delegación Cuauhtémoc, y por eso ganó Sandra Cuevas. Ayer declaró que se retira, que no quiere crear divisiones. No va a crear ninguna división, Sheinbaum ya está designando, como heredera de la corona y el bastón de mando, a los y las candidatas que buscarán cargos electorales. Monreal se quedará como el chinito: nomás milando.
LA DECISION CARDIACA
La otra decisión cardiaca es la posición de Marcelo Ebrard, le hace al tio-lolo pensando que le van a aceptar esta impugnación, y va a romper con Morena. Ya avisó que va a recorrer el país en noviembre con su movimiento político nacional. Tiene que ser por algún partido, porque para los independientes se le pasó el tiempo. Los que le conocen y hablan bien de él, se lamentan no haya sido el candidato de Morena, era y es el mejor, el más preparado, el político, buen administrador, habla tres idiomas y era el consentido de Joe Biden. Cuando fue a despedirse de Anthony Blake y toda esa palomilla de secretarios americanos, le dieron las gracias porque Ebrad un día comenzó comprando pipas contra el huachicol y terminó como un excelente secretario de relaciones exteriores y muchos de esos fuegos los apagó con Trump, que era in incendiario, y con Joe Biden que es buenita gente y no tiene cara de malo como Trump. Lo que Marcelo debe hacer ya, es romper donde no lo quieren y buscar su camino, el que tiene decidido, y deje de darle vueltas al asunto. Porque de parte del Preciso todo está definido, ahora no habrá aquella frase de Salinas, un tiempo que no definían bien: “No se hagan bolas, es Colosio”. Aquí será: “No se hagan bolas, es Claudia”.
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