La rebelión de Marcelo Ebrard
Arturo Ríos Ruiz
Ayer por la tarde los medios se uniformaron en sus ocho columnas con el encabezado: “Es Claudia”, aunque la mayoría de los comunicadores y la población ya intuía con claridad que la señora ya era la elegida por el que decide el destino del país y mentor de la señora. Únicamente se consumó la noticia.
Nadie duda que el artífice de la elección a favor de la dama fue el Presidente que, a su exhibido estilo, declaró que nada tuvo que ver, cuando ha sido muy contundente en acaparar cada paso de su gestión en la que absorbe todo el poder y por lo tanto, ésta es la más importante de su gestión.
Igualito al absolutismo del PRI que tanto ha criticado y él ha calcado, con las acciones ha mantenido las determinaciones del antes partidazo en que convirtió a Morena y en muy poco ha cambiado, Las prácticas son idénticas. “No somos iguales”, ha expresado hasta el cansancio, pero los hechos lo impugnan.
Como sea, ya es Claudia la candidata a la Presidencia, por lo pronto, la confirmación ya alebrestó a Marcelo y lo coloca en el mismo pasado de su antes mentor, Manuel Camacho Solís, que confió en Carlos Salinas de Gortari y lo decepcionó al colocar al malogrado Luis Donaldo Colosio Murrieta en el deseado lugar. Se sintió traicionado y su descontento fue irremediable.
Con Macelo se repite el episodio y ya dio a conocer su desencanto y se ha rebelado tardíamente, por su mal calculada estrategia de esperar hasta el último paso que ya estaba cantado desde que llegaron a la administración.
Camacho y Marcelo cometieron el mismo error de cálculo: se confiaron de quienes no debían y el resultado, fue el mismo para ambos. Marcelo no asimiló la experiencia de su anterior soporte e igualmente fracasó.
Después de que Morena diera a conocer quien sería la Coordinadora Nacional de Defensa de la 4T, el Presidente reconoció la conducción del proceso interno del partido y negó que haya ruptura. El enojo de Marcelo, lo desmintió.
Su rebelión a estas alturas ya no le garantiza nada y al anunciar que ya quedó afuera de Morena, ni al mismo Presidente le importó, lo hizo saber en sus propias declaraciones.
En la Mañanera de ayer, AMLO quiso matizar la posición inconforme de Ebrard: “Marcelo es una muy buena persona, un buen dirigente, un buen servidor público, es mi amigo, que apoye la transformación, que se continúe con poner por delante el interés general, pensar en el pueblo”.
La respuesta del despechado Marcelo, no se hizo espera y declaró su rebeldía y se ha convertido en un crítico severo. Está que no lo calienta ni el sol ante la inminencia y definitiva pérdida de su intención presidencial.
Marcelo tendió sus puentes y tiene un buen de diputados y senadores a su favor, los primeros atendidos por él y lo de la Cámara Alta, por Monreal. Es de esperare más actividades rebeldes que distorsionen la candidatura de Claudia. Vamos a saber, más temprano que ayer.
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