La kakistocracia morenista
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Kakistocracia, es un vocablo griego compuesto por Kakistos, que significa el peor, y Kratos que significa gobierno. Para decirlo mejor la Kakistocracia es el gobierno de los peores. Y en lo personal no creo que el gobierno de Andres Manuel López Obrador caiga o quepa en esa definición, porque hasta ahora lo que han venido mostrando y demostrando tanto los principales elementos del Movimiento de Regeneración Nacional, así como los propios funcionarios de alto nivel, es que ellos han ido más allá de la corrupción de antaño, porque se volvieron especialistas para robar, hurtar, y destruir.
Hasta ahora lo único que ha distinguido al régimen encabezado por Andres Manuel López Obrador es una enorme mendicidad en la que el presunto bienestar de los mexicanos no es más que una serie de citas discursivas, vanagloriando un presunto régimen que hasta ahora lo único que ha conseguido es una vulgar destrucción de las instituciones públicas, el empobrecimiento de amplios sectores poblacionales, y la pobreza como finalidad principal para acotar las posibilidades de que existan reclamos populares como ha ocurrido en otras latitudes.
Habrá que señalar que la kakistocracia no es otra cosa que una serie de postulados en los que se realizan severas críticas a los regímenes anteriores, a la vez que desde el gobierno se enquístan la corrupción, el nepotismo, el abuso de poder, la carencia de transparencia de los recursos públicos, y la forma en que se utiliza la discrecionalidad como credo de gobierno y el discurso contra el pasado reciente para justificar una serie de medidas que provocan el empobrecimiento de las clases medias.
Pero también hay que señalar que la Kakistocracia no es una forma de gobierno, porque hasta ahora la realidad indica que no es más que una degeneración o perversión de las finalidades de una casta de hombres y mujeres que ansían el mantenimiento del poder para sojuzgar a través de la pobreza y la miseria a los habitantes de una nación. Para decirlo más claro, es el “gobierno de los peores”, es decir, de los hombres y mujeres que durante su vida social y política se convirtieron en parásitos y su principal misión es la acumulación de la riqueza.
Por desgracia, la kakistocracia se presenta en cualquier sistema político, porque la mendicidad y la maldad son las principales armas para el convencimiento de los pobladores de que los gobiernos pasados fueron malos, y que los nuevos componentes tienen una sólida empatía con aquellos que se han quedado rezagados en los niveles de la mendicidad, por cierto, de la que nunca saldrán porque si de algo puede preciarse un régimen kakistocratico, es de ser generadores de la pobreza.
Si algo tendríamos que reclamar los mexicanos, son esos niveles de pobreza a los que han confinado a la mayor parte de esos hombres y mujeres que antaño tuvieron mejores condiciones de habitabilidad, y sobre todo, la posibilidad de construir un patrimonio que ahora ha sido arrebatado por esa mal llamada Cuarta Transformación, que lo único que ha demostrado es que todo lo destruye, y todo lo destina a presuntas obras suntuosas que sirven para alimenta del ego de quien dirige los destinos de la gente, a quienes al cabo del tiempo los termina empobreciendo por la carencia de oportunidades que previamente han sido destruidas. La muestra es simple. Hay que observar qué pasa después del Suchiate, donde la pobreza es la constante. Al tiempo. [email protected]
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.
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