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Inactivos, desalentados y excluidos del mercado de trabajo: la otra cara del desempleo en México

Inactivos, desalentados y excluidos del mercado de trabajo: la otra cara del desempleo en México

Inactivos, desalentados y excluidos del mercado de trabajo: la otra cara del desempleo en México
Guillermo Ayala
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De acuerdo con el INEGI, el desempleo es considerado como aquella situación en la que una persona, en edad de trabajar, no tiene una ocupación y por tanto trata de insertarse en un proceso productivo del mercado de trabajo; o en otras palabras, está buscando emplearse en una actividad que le deje retribuciones salariales, o de algún otro tipo de ingreso económico. Luego entonces, si consigue insertarse satisfactoriamente a dicho proceso productivo, será considerado como trabajador, ocupado o empleado. Al conjunto de esta población -ocupada y desocupada- se le conoce como Población Económicamente Activa (PEA).

Pero ¿qué pasa si, por desaliento o desesperanza, aquella población que está en edad de trabajar y que se encuentran disponibles para emplearse en alguna actividad productiva, ya no busca empleo?; es decir, ¿qué pasa con aquellas personas que han desistido de buscar trabajo, ya sea porque no lo han encontrado o por considerar que no tienen posibilidades de encontrarlo?

Con respecto a estas últimas, cualquiera pensaría que también se encuentran en situación de desempleo, sin embrago, el INEGI no las considera como tal y no las incluye en la tasa de desempleo que reporta trimestralmente en sus estadísticas de empleo y ocupación.

Al parecer, la clave del concepto está en la palabra “buscar”. Así es, por cuestiones técnicas-conceptuales, el INEGI considera como desempleados a aquellos que, en la última semana de referencia buscaron, pero no lograron conseguir empleo. Mientras que, aquellos que no buscan (incluso estando disponibles para trabajar) los considera como inactivos y se les contabiliza junto con la Población No Económicamente Activa (PNEA). No obstante, esta es considerada como población desalentada y excluida del mercado de trabajo; más aún, algunos han sufrido discriminación por su situación de inactividad, e incluso, en el pasado recibieron el pseudónimo de NINIS (Ni estudian, ni trabajan).

En ese sentido, el objetivo del presente artículo consiste en revisar las cifras y ahondar en la situación y diferencias que existen entre los desocupados expresamente considerados por INEGI, y aquellos inactivos pero disponibles para trabajar, conocidos como “desalentados”.

Con respecto a los primeros, el INEGI por medio de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), reporta la tasa de desempleo abierto. Ya en una entrega anterior, [consultar: México logra el menor desempleo en tres sexenios] revisábamos que desde 2005 año en que dio inicio su levantamiento y hasta la actualidad, México no ha rebasado una tasa de desempleo mayor al 6.2% (es decir, por encima de los 3 millones de personas), colocándose como una de las más bajas de la región Latinoamericana y entre los países de la OCDE.

Incluso, el desempleo ha tocado su mínimo histórico en el primer trimestre de 2023 con 2.7% (1 millón 597 mil personas). Entre las causas que explican esta tendencia a la baja se tienen: 1) la recuperación y expansión de la economía nacional después de la crisis por la COVID-19; 2) la regulación del outsourcing y 3) los altos porcentajes de informalidad laboral y trabajo precario, que contienen a gran parte de la población trabajadora.

Ante dicho contexto, pareciera que el desempleo en México no es el mayor de los problemas, sino que es un viejo problema que hasta ahora se encuentra bajo control. No obstante, todo parece ser miel sobre hojuelas hasta que analizamos a la población desalentada la cual, como ya dijimos, ha desistido de buscar empleo porque no logran conseguirlo.

Si revisamos la ENOE, para el segundo trimestre de 2023, y comparamos a los desempleados expresamente considerados por INEGI, respecto a aquellos inactivos pero disponibles para trabajar, mejor conocidos como desalentados, encontramos que estos últimos representan tres veces más que los primeros. Pues de la población total en edad de trabajar, los desempleados representan tan solo 1.69%, mientras que los disponibles “desalentados” representan el 5.18%.

Es decir, mientras que los desempleados en México suman apenas 1 millón, 694 mil personas; los desalentados suman 5 millones, 178 mil personas en situación de inactividad, excluidos del mercado de trabajo y de una vida productiva (ver gráfico).

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Ahora bien, si sumamos a los desalentados con los desempleados se tienen a cerca de 7 millones de personas que no tienen empleo, ya sea por que buscan y no lo encuentran o porque simplemente han desistido de buscar ante la falta de oportunidades.

Sin duda, esta cifra se torna preocupante pues alcanzaríamos una tasa del 11% de la población, si sumáramos a la PEA y a los disponibles. Situación que, desde el punto de vista del que escriben, es considerada como: “la otra cara del desempleo”.

 


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