Horror moderno
Por Jorge Carrasco V.
El cine de horror mexicano vivió en el submundo del cine de luchadores, limitado por los rudimentarios efectos especiales y los ridículos argumentos. Vampiros, momias, marcianos y hombres lobos terminaban en el ring enfrentados a un héroe enmascarado,
Con la decadencia del género y la mejora de los efectos especiales se pensó en un resurgimiento del género.
Sin embargo, las temáticas no han variado y las villanas son las brujas.
Sintomáticamente la película más vista en la Cineteca de las Artes, es el clásico de Carlos Enrique Taboada, Veneno para las hadas. Conviene señalar que se han hecho nuevas versiones de sus películas como El libro de piedra y Hasta el viento tiene miedo, sin lograr igualar los originales.
En Mal de ojo de Isaac Ezban, Ofelia Medina personifica a Josefa, una temible bruja que aterrorizará a su nieta Nala (Paola Miguel).
En Huesera de Michelle Garza Cervera, la embarazada Valeria (Natalia Solian) es amenazada por una presencia maligna. El filme ganó el Ariel al mejor maquillaje para Adam Zoller y es por lo menos una apuesta diferente.
Jorge Michel Grau hace en Rabia una visión inteligente de la licantropía, desde el punto de vista del pequeño Alan (Maximiliano Najar) que duda de su propio padre, el irascible Alberto (Juan Manuel Bernal).
En El exorcismo de Carmen Frías de Rodrigo Fiallega, la periodista del título (Camila Sodi) termina en la casa de su abuela, donde se han practicado esos rituales.
Y ya que hablamos de presencias demoniacas, además de apariciones especiales con cuernos y todo en Post tenebras lux de Carlos Reygadas, mereció su propio estelar en Belzebuth de Emilio Portes con el atormentado policía Emmanuel Ritter (Joaquín Cosio) investigando a un asesino serial.
Y en los dibujos animados, las leyendas de la Nahuala y de las Momias de Ricardo Arnaiz, se inclinan más hacia la comedia que hacia el horror.
Lástima, pues el cine de horror es uno de los más taquilleros, pero aún no se le ha explotado con inteligencia-
