El lustre de México
Parece oportuno, es más, forzoso, hablar aquí y ahora de la justicia, o por lo menos de que se sepa que en el ayer existió un insigne yucateco de nombre Crescencio Rejón, que por 1840 y en la Constitución de Yucatán, utilizó por vez primera en nuestro México el vocablo “amparo”, el cuál le concedía al gobernado un derecho contra todo acto inconstitucional emanado de una autoridad arbitraria o ignorante. Aquí también resulta pertinente y acertado decir que ese ilustre yucateco, ni en sueños, pensaba que a futuro iba a existir una Cuarta Transformación de la Nación y que la misma iba a ser dirigida por Andrés Manuel López Obrador.
Gracias al pensar de aquél jurista de excepción, en el presente México sabe que nuestros derechos se exigen, se hacen valer, no se mendigan ni se limosnean y para obtener esos derechos hay que poner en marcha lo que se conoce como “juicio de garantías y amparo”, institución creada conjuntamente con Mariano Otero, la cuál hoy nos permite no estar al capricho de la arbitrariedad o de la ignorancia de aquellos Siervos de la Nación que pertenecen a la Cuarta Transformación de la República. Nuestro juicio de garantías es una institución creada para bien proteger al mexicano al margen de todo vínculo político.
Viejos juristas como Lozano (nada que ver con un exprocurador), manifestaban: “no hay nada más respetable y grandioso que el juicio de amparo; nada más importante en el que la justicia federal, sin la fuerza, modestamente, por medio de una simple justicia, armado del poder moral que confiere la Constitución, en nombre de la soberanía nacional, hace prevalecer el derecho”. Con ese derecho con el que hoy contamos nos enfrentamos contra el poder de la arbitrariedad, ignorancia, corrupción, malsana interpretación de la ley y esa confronta la más de las veces resulta ser contra el Poder Ejecutivo y contra el gobierno de ésta Cuarta Transformación de la República.
Bendecidos sean por México: Don Manuel Cresencio Rejón y Don Mariano Otero. La abogacía independiente de la República, de pie y con fuerza les aplaude. ¿Qué sería de nuestra Patria si esos dos ilustres no hubieran pensado en crear una salvaguarda para los gobernados?.
Indudablemente que la institución de Rejón y Otero en ésta Cuarta Transformación de la Nación, durante el neoliberalismo y, aún desde antes ha sido la fiel salvaguarda de la libertad, de la seguridad jurídica, del estado de derecho, de las garantías individuales y de los derechos de los mexicanos; todos hoy más que nunca los veneramos, depositando nuestra fe en ese juicio y, por sobre todo, exigiendo que la autoridad respete las decisiones emanadas del Poder Judicial Federal.
Andrés Manuel López Obrador, la Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, queremos que se sepa (si es que ello lo pueden comprender) que gracias a Otero y Rejón se mantiene y conserva entre los diversos Poderes de la Unión que nos gobiernan, un coto a las ambiciones de los gobernantes, cuanto éstas apetencias agravian y ofenden los derechos de los mexicanos.
Mil gracias Rejón, mil gracias Otero.
Es cuanto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal del
Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C..