El desastre y la estupidez
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Sin lugar a dudas la tragedia ocurrida en Acapulco y el sur del país, ha sido de consecuencias inimaginables para quienes nacimos en el Estado de Guerrero. Por lo que a mí corresponde nací en Petatlan, en la Costa Grande, y me tocó vivir varios de esos fenómenos meteorológicos, y recuerdo que el Ciclón “Tara” que afectó a los poblados de Nuxco y Tenexpa, y por desgracia fueron muchos los hombres y mujeres que perdieron la vida.
Hay quienes señalan que entre los muertos de Tenexpa y Tecpan, fueron más de cuatrocientos, e insisto que el causante de las tragedias fue el Huracán Tara en los tiempos en que los servicios meteorológicos no contaban con los aparatos de precisión con que ahora cuentan, y que por fortuna nos ha otorgado la oportunidad de adelantarnos a los hechos y resguardarnos de manera adecuada, pero la tragedia que vivieron los Acapulqueños no tienen parangón.
Acapulco se convirtió en un paraíso mundial desde los años cincuenta, y fue uno de los destinos más buscados de este país. Pero ante la demanda internacional se tuvieron que hacer adecuaciones, y el Puerto se llenó de paracaidistas en los lomeríos que fue denominado como “La Laja”, porque eran terrenos irregulares que se convirtieron en la parte más problemática del otrora puerto más visitado del mundo.
Hoy los mexicanos y el mundo hemos estamos azorados con lo ocurrido en ese puerto, y los causantes somos los seres humanos, porque el cambio climático ha sido severo en muchas ocasiones, y esta vez ha sido muy severo en el otrora puerto más visitado del mundo, que sigue languideciendo a pesar de que la zona hotelera sigue estando vigente, y ha sido tanta la demanda, que ahora los grandes desarrollos están rumbo al Aeropuerto.
No se si los servicios de información del Gobierno Federal no alertaron al Presidente de la Republica de lo que había ocurrido, y en su búsqueda de posicionamiento le dio por irse por carretera, lo que ha sido un brutal desastre ya que lo único que pudo constatar fue la destrucción de la carretera a causa del meteoro aoristo, que dejó al menos veintisiete muertes a su paso.
Pero también siguen habiendo desaparecidos, cuatro de ellos no se han encontrado y siguen siendo buscados por los servicios de emergencia. Pero también hubo afectaciones en la Capital Chilpancingo, en la Ciudad de Coyuca en la Costa Grande, así como afectaciones en el reconocido Río Papagayo. Las desgracias nunca vienen solas, y existen poblados que presentan inundaciones. Ojalá a ellos también los atiendan. Al tiempo. [email protected]
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación. Al tiempo. [email protected]
