¿EL BASTÓN DE MANDO? ¿O MANDE?
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador es infinito en sus ensayadas ocurrencias. Mira que hacer la faramalla de entregar un presunto “Bastón de Mando” a Claudia Sheimbaum, no es más que otra de sus consabidas ocurrencias pensando que los mexicanos nos chupamos el dedo, y que le creeremos que ha decidido trasladar el poder a su nuera. El vejete ya está divagando desde hace tiempo, pero su infinita maldad sigue vigente.
Nunca antes tuvimos un sujeto que se dedicara a hacer el mal con la estratagema de que se ha dedicado a hacer el bien, cuando la mayor parte de los mexicanos siguen sumidos en la más miserable de las pobrezas, sobre todo aquellos que le creyeron sus promesas, y que al llegar al poder antes que generar fuentes de empleos permanentes, los ha sobornado con sus consabidas entregas de dinero bimestralmente, mientras aniquila a la planta productiva del país.
Pero tampoco teníamos tantos hombres y mujeres, cuya abyección sigue rondando el paroxismo de la genuflexión, la mendicidad y la lambisconería al mismo tiempo. Y una de ellas es sin lugar a dudas Claudia Sheimbaun que hasta ahora no ha logrado avanzar en su pretendida candidatura Presidencial, y no logra calentar ni siquiera al que tiene en casa, y que desde hace muchos años no asoma la cabeza porque podrían pedirle cuentas del pasado.
Ese presunto bastón de mando no es más que otra más de las ocurrencias del Presidente de la Republica, en sus ansias por trasladar el pasado al presente, pensando que los mexicanos somos idiotas. No señor Presidente, el idiota es usted con el respeto que no me merece, y puede tener por seguro que esas estupideces serán recordadas de la manera más pueril por la mayor parte de los mexicanos, esos que usted tiene hasta la madre con sus estúpidas ocurrencias.
De acuerdo a las tradiciones del mundo precolombino es un elemento importante en las culturas Indígenas de este país, y simboliza la máxima autoridad, tanto espiritual como política, de quien lo ostenta dentro del sistema de organización comunitaria, y su entrega implica, por lo tanto, sometimiento a dicha autoridad. Ni que decir de las ocurrencias del Presidente de la Republica que cada día esta peor que antes.
Sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador vive en ese pasado al que tanto le gusta acudir cuando de intentar que los mexicanos entendamos que es un hombre que respeta nuestro pasado. Ojalá le diera por respetar el presente en el que vive, y el futuro que esperamos le deparen las leyes de este país, que no es otra cosa que la aplicación del derecho para que pague con cárcel todo el mal que nos ha hecho. Así de simple. Al tiempo.
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