Desnudando el pasado de AMLO
Sin lugar a dudas el expresidente Andrés Manuel López Obrador ha sido un sujeto que ha mentido compulsivamente todos los días de su mandato presidencial, pero no es algo que no conozca, porque siempre ha sido así, y si buscamos en su pasado encontraremos esa parte de su cariz totalitario que comenzó a desenmascararlo después del año dos mil dieciséis.
Mire usted, antes de la publicación del proyecto que se debatirá en la Corte, un abogado encontró la demanda original de Andrés Manuel López Obrador y sus argumentos en el año dos mil dieciséis, y da la casualidad de que los argumentos que expuso en ese entonces son contrarios a los que ahora defiende Morena y aliados. En esa ocasión Andrés Manuel López Obrador señaló que la Suprema acorte de Justicia de la Nación si podía revisar una Reforma Constitucional si se apreciaba una violación de los derechos humanos.
Para decirlo más claro, en ese entonces el ahora expresidente de la Republica citó una jurisprudencia internacional para solicitar la intervención de la Corte, señalando que el Poder Constituyente sí podría violar la Carta Magna, y quienes han analizado los argumentos del ahora expresidente, lo único que han podido señalar es que su postura de hace algunos años no es la misma de ahora.
Y esta circunstancia deja muy mal parado al expresidente que ahora ha buscado que la Señora Sheimbaun se alce con el control total del ejercicio del poder del Estado Mexicano, pero esa circunstancia ahora la Suprema Corte de Justicia de la Nación es el principal valladar para el establecimiento de un régimen totalitario, ese que antes el ahora expresidente tanto buscaba fortalecer.
Sin lugar a dudas la conducta del expresidente es la muestra de su desquiciada ambición de poder, y está utilizando a la señora Sheimbaun para alcanzar el totalitarismo que él no pudo realizar, y si la señora está dispuesta a servirle de tapete para que ahora haga lo que él no pudo hacer, me parece que quien está detrás de las últimas decisiones de Claudia Sheimbaun es el propio Andrés Manuel López Obrador y su mendiga inquina de seguir manteniendo el poder.
En el 2016 el control de constitucionalidad era indispensable, pero ahora es una amenaza, y la hipocresía de la Señora Sheimbaun la desnuda en toda su todavía dependencia del tabasqueño quien es el que ha estado imponiéndole a la señora Presidenta esa lesiva conducta que hasta ahora sigue destruyendo el entramado legal de este país. No cabe duda que los mexicanos tienen los gobiernos que merecen. Pobre país. Al tiempo.