CON LA COLA ENTRE LAS PATAS
Sin lugar a dudas el ridículo del senecto Adán Augusto López, será comentado por mucho tiempo, y no porque le caiga mal a los mexicanos, sino por la reprimenda que les ha endilgado la Señora Sheinbaum, a quienes dejaron prácticamente parada en evento en el Zócalo de la Ciudad de México, por estar atendiendo a quien sabe quien, o bien porque se les pegó la gana no saludar a la Presidenta.
Cuando se dieron cuenta las cosas se pusieron a la orden del día, y por cierto, vaya con la reprimenda que le dieron a Adán Augusto López, y no me refiero a la de la Presidenta de la República, sino a la que le endilgó la damisela que hasta ahora lo trae a mal traer porque anda bastante enamorado, y desde luego que a esa edad de lo único que se puede preciar es que solamente hace el ridículo.
No se que tan intensa haya sido la reprimenda de aquellos que por estar de bobalicones dejaron que la Jefa del Estado Mexicano hiciera el ridículo, y que por desgracia esas imágenes quedaran para la posteridad, y en lo sucesivo serán motivo de escrutinio, y el ejemplo de un senecto al que le ha correspondido hacer el ridículo por sus casi setenta años y el enamoramiento de una joven.
Y claro está que eso no es amor para qué se hace el imbécil, porque lo único que ha hecho Adan Augusto, aparte de ser un mal Secretario de Gobernacion, es el ridículo más grande de la historia reciente. Y vaya, ni siquiera Don Porfirio Díaz hizo el ridículo como lo ha venido haciendo Adan Augusto, porque Doña Carmelita Romero Rubio era una Dama, y Porque pese a todo Porfirio Díaz era un Presidente de la Republica con los pantalones bien puestos.
Dan lástima estos sujetos que por desgracia llegaron al poder por una circunstancia de la historia, porque si les hiciéramos a cada uno de ellos un test para conocer su coeficiente intelectual, comprobaríamos que son una sarta de imbéciles. Pobre país, pobres mexicanos a los que engaño Andrés Manuel López Obrador, porque al fin y al cabo es el líder del clan de los estúpidos.
Y aunque la Mandataria sea una científica, no le da para entender donde esta parada, y donde terminará en los anales de la historia patria. Y desde luego que la historia de estos momentos la hemos estado es escribiendo los periodistas, y el saldo no es otro que el desastre en toda su dimensión. Pobre país, pobres mexicanos con esta sarta de imbéciles en el poder. Al tiempo.
