CLAUDIA Y SU MAÑANERA
No cabe duda que cuando la mula es brava hasta los de casa muerde, y eso le ha venido pasando a la Presidenta Claudia Sheimbaum Pardo, porque ahora muchos señalan “que su mañanera es lo mismo que escuchar a una vieja chismosa en el lavadero de la azotea”, y para rematar le dicen que definitivamente no tiene las capacidades ni el intelecto para el cargo, ya que es igual o peor que el tabasqueño”.
Y debo señalar que este estrato lo saque de twitter, donde dicen que su mañanera es exactamente lo mismo que hacía el tabasqueño, y que por desgracia es larte de la baja de la audiencia en la mañanera, porque la señora no entiende que no tiene ni siquiera un poco de carisma como para que los ciudadanos se queden a verla, y mucho menos a admirarla.
No tengo ninguna duda de las deficiencias en la comunicación de la señora Presidenta, y si de esa manera se comunica con su pareja, tenga usted la seguridad de que el pobre hombre ha preferido quedarse en segundo o tercer plano con tal de que no comience el vulgo a fastidiarlo y a molestarlo por no estar ahí, ya que seguramente tampoco se le da eso conferencias.
Claudia Sheimbaum no entiende que los mexicanos no entienden sus mañaneras, y mucho menos los propios periodistas que tiene la labor de trasladar sus comunicados a los mexicanos de todas las latitudes, y eso debe ser una gran tarea, porque de verdad la señora no tiene ni la más remota idea de los que significa la comunicación. Pobre mujer, porque nunca estuvo preparada para ser Mandataria.
Como dicen por ahí, más le vale que se entrene si es que quiere salir bien del embrollo histórico en que la metió el inquilino de Palenque, es más, si quiere aprender a comunicar, tomé unas clases conmigo, y se las doy gratis para que deje de hacer el ridículo, pero sobre todo, que entienda lo que significa la comunicación, que nos es nada más ponerse a decir estupideces.
Pero cada quien con su cada cual, y si ella quiere seguir por ese camino, habré que señalarle que no se le da eso de la comunicación, y mucho menos lograr la audiencia necesaria para que sus disertaciones, que por cierto son garrafales, puedan llegar hasta todos los rincones de esta nación que está ávida de que alguien pueda decirle a los mexicanos lo que está ocurriendo, y el porque de lo que ocurre. Al tiempo.
