Científicos convierten el plástico en “alimento” dando paso enorme contra la contaminación
La Chispa trae noticias del mundo científico: Científicos convierten el plástico en “alimento”, un avance que podría revolucionar la manera en que enfrentamos la contaminación plástica. El plástico, por su durabilidad, representa un desafío ambiental crítico, acumulándose en océanos y vertederos. Este innovador proyecto propone convertirlo en recursos útiles para microorganismos, generando un nuevo enfoque dentro de la economía circular.
Innovación australiana que transforma residuos plásticos
El proyecto liderado por el Bioplastics Innovation Hub (BIH) en Australia utiliza microorganismos autóctonos capaces de metabolizar residuos de carbono presentes en restos de alimentos y fragmentos de plástico. Estos microbios producen PHA, un bioplástico biodegradable que se descompone sin dejar residuos tóxicos, ofreciendo así una alternativa sostenible frente a los plásticos tradicionales.
Cómo funciona el proceso de conversión
El procedimiento se realiza en tres fases principales:
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Los microbios se alimentan de residuos orgánicos y plásticos.
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Transforman estos materiales en bioplásticos PHA.
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Los PHA se descomponen en abono natural, integrándose nuevamente al ecosistema.
Este enfoque demuestra cómo Científicos convierten el plástico en “alimento” de manera eficiente, creando un ciclo regenerativo que convierte un problema ambiental en una oportunidad sostenible.

Alcance global y beneficios ambientales
Aunque localizado en Australia, el impacto de este modelo es internacional. Los bioplásticos generados pueden adaptarse a diferentes climas, reduciendo transporte y emisiones, y promoviendo la economía circular. Además, se logran beneficios directos como la reducción de plásticos en vertederos y océanos, y la creación de bioplásticos 100% compostables que se integran naturalmente al ambiente.
Impulso a la economía y cultura sostenible
El proyecto fomenta la generación de empleo en biotecnología e innovación sostenible, abriendo oportunidades para investigadores y empresas comprometidas con un futuro más limpio. También representa un cambio cultural, promoviendo la producción de plásticos que no impacten negativamente el medio ambiente. En este sentido, Científicos convierten el plástico en “alimento”, demostrando que la ciencia puede transformar residuos en recursos valiosos.

Apoyo gubernamental y colaboración académica
El gobierno australiano impulsa reformas para mejorar la reciclabilidad y la economía circular, mientras que el BIH, lanzado en 2024, integra a Murdoch University, CSIRO y socios industriales. Esta alianza fortalece la investigación avanzada y la formación en biotecnología, consolidando un modelo replicable a nivel global.
Un futuro sostenible y replicable
El proyecto está alineado con la misión Ending Plastic Waste de CSIRO y los tratados internacionales de la ONU sobre contaminación plástica. Al convertir residuos en alimentos para microorganismos, se establece un ciclo virtuoso que protege ecosistemas, impulsa la economía circular y propone soluciones sostenibles a escala mundial.
