EL HIPÓDROMO DE LAS AMÉRICAS
Historia de la CDMX
EL HIPÓDROMO DE LAS AMÉRICAS
¡Aaarrancaaan…! Los caballos salen disparados por la pista al acicate de los jinetes y el público en las gradas se emociona. Los binoculares brillan tratando de captar quien va adelante en la fila y las apuestas están al dos por uno a favor de Flecha Veloz…
Si hay algo que es un ícono de la Ciudad de México, es el Hipódromo de las Américas, ‘La Catedral de la Hípica Mexicana’. Es el momento en que leas algo acerca de este hándicap de las grandes emociones y las fuertes apuestas.
Todo comenzó gracias al sueño de un empresario italo-americano llamado Bruno Pagliai, de construir un hipódromo de primer nivel en México.
Lo bueno para Bruno es que era cuate del mismísimo presidente de la República Manuel Ávila Camacho quien lo apoyó y así logró convertir su sueño en realidad, por lo que tuvo todo lo necesario para poner manos a la obra.
La construcción del hipódromo fue un proyecto que se llevó a cabo en un tiempo récord de diez meses, en lo cual se usaron los mejores materiales y tecnología de la época.
El 6 de marzo de 1943, el Hipódromo de las Américas abrió sus puertas al público, convirtiéndose rápidamente en el centro de las carreras de caballos en México, atrayendo a fanáticos y apostadores de varias partes del mundo.
El Coloso de la Hípica fue durante varios años el mejor hipódromo de toda América Latina y uno de los mejores del planeta. Mucha gente de estatus y VIP se reunía ahí.
LA CATEDRAL DE LA HÍPICA MEXICANA
El hipódromo se diseñó en grande, para ser un espacio con la capacidad para albergar a miles de espectadores y la pista de carreras fue construida con los más altos estándares de la época, y es una de las mejores de América Latina.
El Palacio de la Hípica se convirtió rápidamente en un lugar de encuentro para la sociedad y ahí se mezclaban las apuestas, la moda y el glamour. El galán Mauricio Garcés no salía del recinto, ya que era para él como su segunda casa.
Así, al tiempo nació una de las carreras más prestigiosas y de ‘caché’ de América Latina y te hablo del llamado Derby Mexicano, que tantas satisfacciones y triunfos ha dado a las carreras de caballos en nuestro país.
A lo largo de su historia, el hipódromo ha sido testigo del paso de grandes jinetes y caballos que dejaron su huella en la historia de la hípica mexicana.
El mejor caballo que ha pisado la pista del Hipódromo de las Américas es Kukulkán, hasta corrió la Pegasus World Cup, con los mejores ejemplares del mundo.
El hipódromo ha sido escenario de eventos históricos y sociales, y la crema y nata del Jet Set, de la política, deporte y espectáculo se ha dado cita ahí.
EL HIPÓDROMO DE LAS AMÉRICAS
Actualmente, el Hipódromo de las Américas a pesar del paso de los años, sigue siendo un lugar de tradición y pasión por los caballos de carrera, y no ha dejado de remodelarse y de evolucionar para mantenerse a la vanguardia.
En síntesis, es un atractivo turístico tanto para todos los aficionados a las carreras de caballos como para quienes buscan conocer ‘sobre un cuaco’ un pedazo de la historia de México. Su legado perdura y es un tesoro nacional.
Por lo que, cuando puedas y andes por la Ciudad de México, date una vuelta al Hipódromo de las Américas y vive la emoción de que tu caballo favorito gane por una cabeza y hasta te puedes llevar una lanita…
