AQUEL JESSE OWENS
*De Pablo Neruda: “Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano”. Cam
En Berlín se discutió una hazaña que sobrevive a las leyendas. La ciudad de Berlín fue seleccionada como sede en 1931, de los Juegos Olímpicos, más de un año antes del nombramiento de Adolf Hitler como Canciller de Alemania. Cabe resaltar la primera intención de boicot a los juegos por parte del equipo de los Estados Unidos, pero finalmente optaron por participar. Hitler aprovechó la instancia deportiva para demostrar al mundo la “magnificencia” del nazismo y encargó un elaborado programa de difusión al ministro de propaganda Joseph Goebbels, quien a su vez encargó la puesta en escena a Albert Speer y la supervisión y filmación a la fotógrafa Leni Riefenstahl. El 1 de agosto, durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Berlín, como una muestra de la grandeza del poderío alemán, el célebre dirigible Hindenburg sobrevoló el estadio olímpico momentos antes de la aparición de Hitler. Eso lo vi apenas en una película de Roku, que cuenta la leyenda de Jesse Owens. Famoso porque Hitler se negó a darle la mano y el saludo, cuando les venció en su propio reino, para echar abajo el mito de la supremacía aria. Los negros apenas irrumpían en las canchas, los negros eran vetados por el país que mayor ejerce el racismo, Estados Unidos, lo mismo en el béisbol, cuando el primer negro, Jackie Robinson, les dijo, permítanme tantito, que les voy a demostrar lo que es pegarle a esa pelota y mascotear de primera. Otra mujer, Rosa Parks, sentó un precedente de dignidad cuando un blanco le pedía se pasara a los asientos de atrás en un autobús, lugar destinado a los negros. Ella se negó. Allí nació la primera mujer que defendió los Derechos Civiles, cayó a la cárcel por ese incidente, pero le legó a la historia un camino para que, uno de los suyos, un negro, llegara a la presidencia de Estados Unidos, como lo hizo el gran Barack Obama. Owens era, guardando sus debidas proporciones, lo que ahora es Michael Phelps en natación, con sus 19 medallas de oro en varias olimpiadas. Michael Phelps no solo llamó este domingo la atención del público por ganar su 19º medalla de oro olímpica o por participar en su quinta edición de unos Juegos Olímpicos, sino que también lo hizo por unos extraños moratones circulares que lucía en sus hombros y espalda. Las marcas del nadador estadounidense son producto de una terapia denominada cupping —masaje con ventosas— y que consiste en aplicar ventosas sobre el cuerpo, a las que se les extrae el aire, y que se manipulan con el fin de eliminar toxinas de la sangre. En teoría, esta técnica mejora el flujo sanguíneo y ayuda a relajar los músculos. Aquí nosotros solo les hacemos limpias, en México, pero se ve que a los seleccionados mexicanos en el primer tiempo de su juego contra Fiji, no les resultaron. Veremos.
