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Alessandra y el TLC

Alessandra y el TLC

Esto ni a Xóchitl Gálvez se le hubiera ocurrido, pero a la financiadora de porros y organizadora de grupos de choque, tiene una forma muy surrealista de ver la realidad del país basada en la ignorancia que la identifica y que mueve a risa.
La alcaldesa de Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, Alessandra Rojo de la Vega, afirmó en una entrevista televisiva que si ella cae, –a través de la presión que ejerce el pueblo por financiar grupos violentos en las marchas–, el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, se cae.
Los ridículos propios de la ignorancia de esta persona empiezan a ser noticia común en los medios, lo que es imperdonable es que se haya realizado en un medio del Estado. Ya bastante ha robado Alessandra al pueblo como para mantener su imagen en la televisión pública.
La entrevistó para Canal 11 nada menos que el sobrino del ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado, llamado Ricardo Raphael, seudónimo que usa escondiendo su vergonzoso origen.
La simple presencia de un personaje oscuro de la comunicación mexicana en Canal 11, habla de una mala distribución de la pluralidad en el medio. Porque no hay nada claro sobre su responsabilidad informativa, cuyos contenidos oscilan entre la agresión gratuita y falsa adhesión a la 4T, añadiendo ahora el apapacho a algunos personajes frívolos de cualquier partido político, como es el caso que nos ocupa.
Desde luego Alessandra está en una intensa campaña de medios que intenta impedir ser destituida por financiar la violencia en las calles pagando a grupos de choque para destruir la infraestructura de la ciudad y específicamente de su propia alcaldía.
Entonces no es difícil que haya pagado, por debajo de la mesa, al conductor, para ser entrevistada de manera tan afable y absurda. Porque si fue la televisora la que recibió dinero por esta causa, debería ser reprendida y su ingreso publicado como nota pagada, o inserción comprada, o espacio vendido. De no ser así, debe despedirse a Ricardo Raphael, por esa simple sospecha.
La alcaldesa cuestionada por una serie de descalabros protagónicos que no son propios de una servidora pública, asegura que una vez que ha sido electa no hay ley que pueda destituirla, lo cual contradice la visión de sus correligionarios del PAN y del PRI, que piden revocación de mandato para los gobernadores.
Las declaraciones de Alessandra son de pena ajena, y si nos hay suficientes pruebas para destituirla por financiar a la violencia criminal deben destituirla por desconocer lo básico de la política del país en el que vive y del cual gobierna una parte importante.
Alessandra no llena ningún perfile en la vida laboral del país, pero sus relaciones, en el más amplios sentido de la palabra, la llevaron hasta donde ahora se encuentra.
Podríamos empezar de cero, para discutir su despido, y partir de su declaración sobre la cancelación del TLC si ella se va de la Cuauhtémoc, es una muestra de profunda ignorancia del ejercicio político del que debe ser experta, a juzgar por el cargo que ostenta.
Canal 11 debe ser más serio. Sus conductores más honestos y profesionales, porque parecería que, dentro de la pluralidad buscada en su planilla, se busca la deshonestidad y los apellidos ilustres, aunque sean motivo de desgaste al gobierno que paga todas y cada una de las transmisiones de ese canal, que todavía está en manos del Instituto Politécnico Nacional.


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