Los 43: Sólo enredan el caso
Arturo Ríos Ruiz
Son demasiados los acontecimientos que han sacudido a la nación en todos los tiempos, que se quedan en confusión por la profusa información que surge en torno al suceso de que se trate.
De los tiempos modernos, tenemos, como ejemplo el caso Colosio; su asesinato, el cual se quedó en un responsable de poca monta, como el asesino solitario.
Dada la importancia del personaje, Candidato a Presidencia de la República del partido, otrora el más poderoso de la nación, contaba con todos los grupos de seguridad gubernamental y a todos se les coló un ilustre desconocido que los videos dieron cuenta el cómo le disparó a la cabeza.
El hecho detonó un maremágnum de especulaciones a lo largo de los meses, como convenientes para enredar más el acontecimiento, decenas de detenciones, declaraciones y de todos en un mar confuso que más enredó la realidad.
Finalmente, sólo quedo en un Mario Aburto preso, sobre el que quedó toda la responsabilidad y está en la historia como el “Asesino solitario de Luis Donaldo de Colosio”, que aún clama por su inocencia.
Si comparamos el crimen en la Bombilla de la zona de San Ángel, cuando fue asesinado Álvaro Obregón, el 17 de julio de 1928, en el que, José de León Toral desenfundó una pistola automática Star, calibre 35, y le disparó seis descargas, casi a quemarropa.
La defensa de Toral, estuvo a cargo del abogado Demetrio Sodi y fue todo un show, muy semejante al caso de Colosio y al final, únicamente Toral quedó como responsable del crimen y como el del también sonorense se quedó en el aire, para la posteridad.
No obstante que el preámbulo estuvo un poco largo, está encaminado al caso aún no acarado con puntualidad; la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, que fueron incinerados en plena ilegalidad y que hasta hoy, se desconoce en dónde quedaron sus cenizas.
El caso está plagado de mil conjeturas bien diseñadas para un galimatías, como generalmente ocurre; sorprende que las investigaciones de Alejandro Encinas, para nada mencionan a Enrique Peña Nieto, que tardó muchos días en dar la cara por el caso de Iguala y vive feliz en España.
En apariencia, Encinas, actúa igual que los casos de historia más atrasados, sólo prepara alguna declaración para cubrir el espacio, como cada uno de los nueve que han pasado, que alejan el camino para conocer la real verdad, que desecharían la “Historia de Murillo Karam, que tampoco convenció.
Durante el informe, Encinas puntualizó que han realizado “un esfuerzo por romper el pacto de silencio e integramos por lo menos 30 testigos que han venido colaborando de manera directa”. Además, rechazó que sólo haya un testigo fuente.
Una pregunta a don Alejandro, ¿Cuál y con quién se produjo ése Pacto de Silencio y para qué? ¿A caso, para enredar más la verdad? Dan qué pensar.
Te puede interesar: Identificación: INE, un riesgo