Día Mundial del Corazón
Por Fernando Aguilar
Aguas ¡¡¡corazón!!!, porque en El Día Mundial del Corazón el 29 de este mes, los especialistas alertan a la población debido a que en el mundo las enfermedades del corazón afecta a más de 37 millones de personas y mueren anualmente por lo menos 17.3 millones de seres humanos, cifra que lejos de disminuir, va en aumento.
En México, desde luego que no nos quedamos atrás, ya que la urbanización y la globalización, que nos metió de lleno a las nuevas tecnologías, y con ello al sedentarismo, el consumo de comida ultra procesada, bebidas endulzadas, refrescos y un sinfín de comida chatarra, tenemos también un aumento exponencial de fallecimientos, al registrarse más de 200 mil personas que mueren por males del corazón.
Sigamos con el asunto aquí en nuestro país, porque resulta que las enfermedades cardiovasculares, son la causa más frecuente de hospitalización en personas mayores de 65 años, lo que representan el 4 por ciento del gasto de salud, pero eso no es todo ya que entre 2019 y 2028 se estima que se presentarán 2 millones de eventos por enfermedad cardiovascular, lo que tendrá un costo estimado para el sistema de salud de 379 mil 231 millones de pesos.
Y el panorama a nivel global, nos dicen los que conocen del asunto que para el 2030 se estima que 23 millones de personas morirán anualmente por enfermedades cardiovasculares (ECV) y por lo menos 80 por ciento de esos decesos ocurrirán en países con ingresos bajos o medios, donde los recursos financieros y humanos son limitados para ocuparse de ello.
Pero a todo este negro panorama por supuesto que existe una alternativa, porque las muertes prematuras causadas por ECV podrían disminuir controlando los factores de riesgo como el uso del tabaco, la inactividad física y la hipertensión. Todos esos factores están vinculados con el entorno de una persona. “Un entorno saludable para el corazón es un espacio donde la gente tiene la oportunidad de tomar las decisiones correctas para su salud”.
Actualmente un gran número de adultos y niños de todo el mundo, están “atrapados” en entornos donde se enfrentan a una falta de espacios verdes y caminos seguros para pasear o andar en bicicleta; comidas poco saludables en la escuela o en el lugar de trabajo; presencia abrumadora de tabaco, alcohol y comida rápida; exposición pasiva al humo de tabaco; contaminación en interiores (por ejemplo, el uso de combustibles sólidos) o la contaminación atmosférica. Todos ellos limitan su capacidad para tomar decisiones saludables para el corazón.
Sobre todo, recordar siempre, que los estilos de vida poco saludables que conducen a la enfermedad cardiovascular a menudo comienzan en la infancia y la adolescencia, por lo que la prevención de las enfermedades del corazón debe comenzar en esas etapas. Y tener siempre presente que las dietas malsanas, la inactividad física y el tabaquismo son las principales causas de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular.
Porque es lamentable que en nuestro querido México, es notable el incremento del consumo de alimentos procesados, de bebidas azucaradas y alimentos altos en azúcar, grasa y sodio, que ha provocado un aumento sorpresivo de la obesidad, diabetes y enfermedad cardiovascular que nos ubica como uno de los países con mayor carga de enfermedad por obesidad, diabetes, hipertensión y dislipidemias.
Alarma ver el panorama de nuestra infancia, por el aumento explosivo de la prevalencia del sobrepeso y la obesidad en nuestro país, principalmente en niños y niñas de 5 a 11 años de edad de acuerdo a las estadísticas de la ENSA.
Por todo lo anterior, es imprescindible que la gente comprenda la necesidad de cuidar la salud de su corazón y de que tengan los ambientes adecuados para hacerlo, como quedó establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la meta ’25 por 25′ de reducir la mortalidad prematura causada por ECV al menos del 25 por ciento para el año 2025. Tal como se ve el panorama mundial, la OMS se encamina a un rotundo fracaso.
Hasta la próxima.
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