ORACIÓN “¡NO MORIRÉ! ¡SINO QUE VIVIRÉ Y CONTARÉ LAS OBRAS DEL SEÑOR!” (Salmo 118:17).
¡Cómo nos asaltan tantas tentaciones que siembra el enemigo en nuestra mente! ¡Nos hace pensar en que estamos derrotados, vencidos, boca abajo, impotentes y destrozados! Pero, gracias a Ti, Padre Maravilloso, estamos protegidos por Ti, nuestro Castillo, ¡nuestra Roca protectora e invencible! Nuestros enemigos siembran esas semillas de derrota. ¡Jamás podrán vencernos, porque estamos unidos a Ti, nuestro Castillo infranqueable e indestructible! Es por ello que pensar en fracaso, es pensar en que estamos lejos de Ti y totalmente desprotegidos y desamparados. Pero, gracias a Tu obra redentora hecha por Tu Hijo Amado, ¡NUESTRA SALVACIÓN ES UNA MARAVILLOSA REALIDAD!
Padre Santísimo: en este día de esplendor en el que celebramos las solemnes vísperas de “LA DORMICIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA”, nosotros, los cristianos, que estamos segurísimos de que ella NO PROVÓ LA MUERTE, sino que se durmió y despertó en la eternidad bienaventurada, y, por si fuera poco, vino Tu mismo Amado Hijo a llevarla en sus brazos acompañado por la corte celestial. ¿Cómo iba a probar la corrupción de la tumba, AQUELLA que contuvo en su vientre virginal y en sus brazos maternales a LA MISMA FUENTE DE LA VIDA, DE LA LUZ Y DEL AMOR? Si ella dio a luz en la carne a TU HIJO AMADO, OH PADRE, siendo el Primer Templo Viviente que contuvo a la divinidad, ahora, pasaba de inmediato del sepulcro a LA GLORIA ETERNA Y EN BRAZOS DE SU HIJO ÚNICO. Ella, cual ZARZA ARDIENTE Y SIN CONSUMIRSE, al dar su SÍ al Padre por medio del Arcángel Gabriel, al instante entra en ella EL FUEGO DIVINO DEL ESPÍRITU SANTO, LA PURIFICA DEL PECADO ANCESTRAL Y LA CONVIERTE EN LA SEGUNDA EVA. ES POR ELLO QUE SE CONVIERTE EN LA MADRE DE LA VIDA, QUIEN GRACIAS A SU SÍ INCONDICIONAL, FLORECE LA VIDA EN TODA NUESTRA HUMANIDAD.
Padre Santísimo: En este atardecer del 14 de agosto, Te suplicamos que, en honor de Tu Primer Templo Viviente que es la VIRGEN MADRE, donde se inaugura LA LLEGADA DE LA GRACIA, nos concedas a todos nosotros UN TREMENDO CAÑONAZO DE GRACIA a fin de CONVERTIRNOS EN TEMPLOS VIVIENTES DE LA DIVINIDAD QUE DEN A LUZ A LA VIDA, QE CONTENGAN LA VIDA EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN, QUE VEAN CÓMO TODO UN EJÉRCITO ANGELICAL NOS PROTEJE DE TODO MAL. Quienes en Ti confiamos, oh Padre Bendito, NO SEREMOS CONFUNDIDOS, ¡NI MUCHO MENOS OLVIDADOS! ¡VIVIREMOS PARA PROCLAMAR A LAS GENERACIONES VENIDERAS “TODAS LAS GRANDES MARAVILLAS” QUE HAS HECHO EN NOSOTROS POR MEDIO DE TU MANO DIVINA.
Así como a la Madre de la Luz, no le permitiste que su cuerpo se corrompiera ni la tumba la aprisionara, así harás con todos los que honramos Tu Divinidad, Tu Bondad, Tu Amor y admiramos Tu Divina Palabra cumplida en LA MADRE DE TU HIJO AMADO.
Nosotros, siguiendo la inspiración del Espíritu Santo hacemos muy nuestra esta promesa maravillosa: “Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente; Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que Tu santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; En Tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a Tu diestra para siempre. (Salmo 116: 9-11).
Padre Bendito: ¡Bendice, fortalece, ilumina y defiende de toda maldad a todos los que en Ti confiamos, especialmente, a todos nuestros hermanos que sufren la enfermedad, los embates de la miseria, las injusticias y toda clase de adversidad!
Padre Maravilloso: ¡Bendito, alabado y glorificado seas! Amén.
P. Cosme Andrade Sánchez+