El pueblo indígena tsotsil de Zinacantán acusan a la marca Dior de plagiar la prenda tradicional masculina
Gabriela Coutiño
Tuxtla Gutiérrez, Chis. 6 junio. – El pueblo indígena tsotsil de Zinacantán, protestó contra la marca DIOR, que el pasado 20 de mayo presentó en la Ciudad de México, durante su colección Crucero 2024 de María Grazia Chiuri, la prenda “gabán” que es una copia flagrante que usan los hombres del poblado de Los Altos de Chiapas.
Al solicitar en un comunicado al gobierno de México su intervención, la Sociedad Civil Organizada de la Cultura Zinacanteca, explicó que la prenda presentada por una modelo, además de presentar ligeros cambios y mutilaciones, la abertura central es más larga de lo normal (a diferencia de cómo lo usan los zinacantecos), los snich cortados a la mitad (borlas que cuelgan de los lados y unen cada lado de la prenda), y le añadieron un cinturón, “es un claro plagio y apropiación”.
La comunidad tsotsil dijo que la marca dio a conocer que la prenda fue hecha en colaboración con artesanos de la cooperativa Sna Jolobil en San Cristóbal de Las Casas, “dando énfasis en los créditos para la elaboración de la prenda al Sr. Pedro Meza, una persona del municipio de Tenejapa, es decir, una persona ajena al municipio de Zinacantán”.
Además, que nombran la prenda como “gaban” ignorando el verdadero nombre usado por los portadores de esta prenda POK’U’UL/POK’U’IL
En sus redes sociales María Crazia Chiuri, destaca el pueblo tsotsil, señala que para su colección colaboró con Don Pedro -una persona del municipio Tseltal de Tenejapa- y artesanos de Sna Jolobil en Chiapas para crear una reinterpretación del icónico Dior Bar Jacket; pero “deducimos un claro plagio/apropiación, porque esta prenda que presentaron y al que denominaron como “gabán”, no es nada más ni nada menos que el antes mencionado pok’u’ul”.
“Podemos ver que tanto la forma en el diseño, las flores, los colores y todos los elementos que presenta es perteneciente a esta indumentaria tradicional masculina”, denunciaron.
Sin duda, agregaron, “es una apropiación del diseño del pok’u’ul; tomando esta prenda de la indumentaria tradicional de Zinacantán, le hicieron ligeras modificaciones y lo etiquetaron como una creación propia, mencionando que fue inspiración y colaboración de otra cooperativa de otro municipio.
“El Sr. Pedro Meza, a pesar de ser un personaje que tiene más de treinta años en esta labor, se le hizo fácil tomar una prenda existente, adjudicar un nombre (banalización y desautentificación) y recrearlo como diseño propio o como trabajo de su cooperativa Sna Jolobil. Por estas razones, Pedro Meza es responsable y cómplice de la banalización, desautentificación, apropiación y plagio de esta pieza textil zinacanteca”, subrayan en el comunicado.
La comunidad tsotsil manifestó que lo acontecido con la prenda de Zinacantán, sobre esta supuesta “inspiración” y “colaboración” con artesanas y artesanos de este municipio que hizo la marca DIOR, “es una mentira para excusarse de la evidente apropiación cultural”.
“Es un hecho que se llevó a cabo en un marco de desconocimiento y de desinformación por parte de DIOR, de la Secretaría de Cultura (y de las instituciones involucradas) y así como de las personas involucradas en ella, pasando por alto lo que se establece en la Ley de un Pok’u’ul, la indumentaria tradicional de Zinacantán”
Las y los artesanos y las comunidades de la cultura Zinacanteca, manifiestan su indignación al ver este tipo de acciones y “denominamos como apropiación cultural lo acontecido, ya que ésta forma parte de nuestro patrimonio cultural y también es un elemento importante en la identidad de nuestro pueblo, tiene una carga histórica, un valor sentimental, ceremonial y hereditario para nosotros y nosotras”.
Por lo que solicitan a las autoridades de los tres niveles de gobierno y a los involucrados esclarezcan los hechos, ya que se ha vulnerado los derechos colectivos del municipio de Zinacantán.
Exigen que la marca Dior nombre a la prenda con el nombre correcto y exponga que el diseño no es de su autoría y de ninguno (a) de sus colaboradores.
Demandan también que las instituciones gubernamentales encargadas del cuidado del patrimonio cultural se pronuncien a favor de la solicitud; y se realicen las investigaciones pertinentes