El desmoronamiento del mito
Por: Vladimir Galeana Solórzano
Sin lugar a dudas el cambio de régimen ya está en la mente de la mayor parte de los mexicanos. La derrota del Grupo Atlacomulco ha dejado sin opciones de continuidad a los gobiernos emanados de esa etapa a la que hemos denominado como de la Revolución Mexicana, después de los movimientos de independencia y La Reforma que fue encabezada por Benito Juárez Garcia, quien tuvo que luchar por una nueva emancipación después de la invasión francesa.
Hoy el país se sacude por el asombro de la debacle de uno de los grupos políticos más cohesionados que haya tenido la historia reciente. El mito del Grupo Atlacomulco ha sido derrumbado por el avasallamiento de la llamada Cuarta Transformación, que lo único que ha transformado es el cambio de gobernantes de un partido que fue durante muchos años llamado ““el partido hegemonico”, a ser lo que ahora es. Lo único que sigue y que estará presente en los siguientes años será la etapa donde un solo hombre decidirá el destino de más de ciento veinte millones de mexicanos.
Desde luego que habrán oportunidades para la recomposición política del país, como ha ocurrido en el pasado reciente, pero si de algo podemos tener seguridad, es que la etapa de los actuales partidos políticos ha llegado a su fin, y los mexicanos tendremos que recomponer el escenario de la competencia política lo más pronto posible para evitar el avasallamiento de un Poderoso Mandatario que pudiera repetir la historia del Maximato encabezado por Plutarco Elías Calles.
Mucho se ha mencionado la traición del Gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, quien siempre manifestó temor ante las imposiciones del Presidente de la Republica, quien ahora podrá realizar cuantas ocurrencias se le pongan en la mesa de las decisiones, porque no tendrá otros contrapesos más que el que pueda conformar la Sociedad Civil Organizada. El tiempo de los partidos políticos como los hemos conocido y padecido, pareciera haber terminado, porque el Actual Mandatario intentará una regresión a los tiempos en que un solo hombre decidía el rumbo del país.
Por lo pronto no se visualizan contrapesos para buscar un balance entre una masa amorfa sin un rumbo preciso más que las instrucciones del inquilino de Palacio Nacional. Pero ahí está esa sociedad civil que ha dado muestras de cohesión y de poder de convocatoria que pudiera comenzar a desplegar sus alas ante la carencia de liderazgos consolidados en las diversas fuerzas políticas que hasta ahora han sido destrozadas después de conocerse los resultados de la elección de hace apenas dos dias.
El Partido Revolucionario Institucional seguirá siendo un mito histórico, pero no tendrá posibilidad alguna en los siguientes años de intentar restablecer su membresía, porque Alejandro Moreno ha sido lo peor que han tenido los priistas, y uno de los mayores ladrones de su estado natal. Ni que decir del Grupo Atlacomulco, que por desgracia tuvo que ceder la gubernatura del Estado de México, a una mujer que no sabe leer sin tropiezo una sola oración. Y tenemos que aceptarlo, “la Kakistocracia” es una realidad en el México de nuestros días. Y no es otra cosa que el gobierno de los peores. Así de simple nuestra realidad actual y los años venideros. Al tiempo. [email protected]
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.
