Se fue el mes o la barranca (parte dos)
Columna ACERTIJOS por Gilberto Haaz Diez
Se fue el mes, el de los Hermanos Carrión, para abril o para mayo, cuando las cerezas están maduras, eso lo sé. El último día de mayo llegó una buena noticia presidencial, el presidente AMLO le metió un no-te-entumas al Grupo México de Larrea, expropiando la Barranca de Metlac, y buscarle mejoras para la zona. Tuve varios correos de lectores. Uno de ellos me decía que al próximo gobierno, quien sea, la Sheinbaum, Marcelo o Adán Augusto, debían convencer al alcalde de Orizaba, JM10, para darle una chambita extra, que se haga cargo de la remodelación turística en esa Barranca y sus hectáreas. La dejaría rechinando de limpia y de turismo y de efectividad, sería un detonador para toda la zona a la que le gusta el riel, o sea, el ferrocarril. Suelo treparme a los trenes cada que ando en Europa, el AVE (acrónimo de Alta Velocidad Española), lo he recorrido por muchas rutas, la de Barcelona y la de Sevilla, donde antes pasas Córdoba; la de Getafe, cuando un día fui a ver al presidente Zapatero a una conferencia con estudiantes, en los trenes de cercanía. Pero también me han llamado mucho la atención las viejas y bellas estaciones de ferrocarril, como México tenía muchísimas y algunas aún se conservan. Conocí la de Berlín, la Estación Central, cerca de la Cancillería, del Reichstag y de la Puerta de Brandeburgo, reconstruida toda a su aspecto original, desde que en 1945 la bombardearon hasta desaparecerla. También en París fui a conocer La Gare du Nord, bellísima y viejísimas estaciones de tren, formadas con herrería de antaño. Otra de ellas es la de Toledo, en España, si ustedes espían en Google la verán hermosa, y para aquellos que ya la conocen, pues se asombran al llegar. Voy a Wikipédia: “El edificio actual, inaugurado en 1919 y restaurado en 2005, destaca por su estilo neomudéjar ¿(¿sepa la bola qué es esto?) Fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento el 21 de noviembre de 1991. También recibí comentarios del extraordinario pintor, Edgar Alegre Reyero, que no solo es maestro en la pintura y los cuadros, sabe mucho de Orizaba y, cuando exhibí el cuadro de José María Velasco, hizo algún comentario. Bienvenida la Barranca de Metlac, a recuperarla.
LOS PLOMEROS DE LA CASA BLANCA
Como suelo en las tardes que no camino, algunas veces busco series. Encontré una (HBO) que vi en dos sentadas, las series suelen ser muy largas y dan luego un poco de hueva, pero cuando son pequeñas o miniseries de cinco capítulos, en dos sentadas te las miras. Encontré una que revive los sucesos del Watergate, Los plomeros de la Casa Blanca, conocidos por muchos por aquella legendaria cinta, ‘Todos los hombres del presidente’, que desveló el trabajo de los periodistas del Washington Post, Woodwar y Bernstein, quienes lograron la renuncia del presidente Nixon, pero aquí tiene la esencia que la actúan el gran Woody Harrelson, como Howard Hunt y G. Gordon Liddy (Justin Theroux). La historia del viejo edificio Wartergate, cuando unos plomeros entraron a espiar al partido Demócrata y fueron pillados por un velador de ese edificio, y la historia cambió. Hay muchas películas de Watergate, apenas hicieron un documental sobre el policía de color, que los agarró infraganti. En esta nueva cinta, reviven mucho la tragedia de Dallas, cuando un complot llego y asesinó a su presidente en plena euforia de poder, cuando los americanos se auto flagelaron, bueno la CIA y el FBI. Hunt en la cinta siempre presumió qué sabia quienes habían matado a Kennedy, ya que él fue jefe de la oficina de la CIA en México, aquel tiempo que Lee Harvey Oswald vino a nuestro país. Está buena, es de cinco capítulos y se va muy rápido, se saborea con los intrincados pasillos del poder, cuando estos tontos plomeros operaban para la Casa Blanca, y la Casa Blanca los abandonó y fueron sentenciados a dos o tres años de prisión. La serie se apoya más que nada en Hunt, un personaje un tanto bizarro casado con una mujer que también trabajó para la CIA y murió en misterioso accidente de aviación, que algunos comentaron lo volaron, con cuatro hijos, dos de ellos bastante hippies y rebeldes en relación a lo conservador, nacionalista y patriota que era Hunt, quien en su tiempo libre escribía novelas de espionaje y decía saber quién había matado a Kennedy. Buena cinta.