Entre la ciencia y la solidaridad: el trasplante que devolvió el latido a Matías Hazael en Nuevo León
La historia de Matías Hazael, un hombre de 55 años originario de Saltillo, Coahuila, es hoy un testimonio de hasta dónde puede llegar la medicina pública cuando se conjugan conocimiento especializado, coordinación hospitalaria y un acto de profunda solidaridad humana. Con una función cardiaca reducida a apenas 20 por ciento y un pronóstico de vida menor a un año, Matías recibió el trasplante de corazón número 99 en la historia de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Cardiología No. 34 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Nuevo León.
Durante una década, Matías vivió con miocardiopatía dilatada, una enfermedad progresiva que fue mermando su calidad de vida. Mareos constantes, falta de aire, insomnio, debilidad generalizada e inflamación lo llevaron a frecuentes visitas a urgencias. En mayo de 2025, su condición obligó a referirlo a la UMAE No. 34, donde fue incorporado a la lista de espera para un trasplante cardiaco.
Sin embargo, su caso representaba un reto médico mayor. De acuerdo con la doctora Aracely Jacobo Baca, coordinadora de Trasplantes de Corazón del hospital, Matías presentaba anticuerpos en la sangre que elevaban significativamente el riesgo de rechazo del nuevo órgano. Esta condición obligó al equipo médico a extremar precauciones y a tomar una decisión estratégica: esperar una donación local que permitiera reducir al mínimo el tiempo entre la procuración del corazón y el trasplante.
La oportunidad llegó desde la misma ciudad. Un joven de 18 años, atendido en la UMAE Hospital de Traumatología y Ortopedia No. 21 del IMSS en Monterrey, sufrió muerte craneoencefálica. En medio del dolor, su familia tomó una decisión trascendental: autorizar la donación de órganos. Ese gesto convirtió al joven en un héroe silencioso y abrió una posibilidad de vida para Matías.
Los cirujanos del Hospital de Cardiología No. 34 se trasladaron a la UMAE No. 21 para realizar la procuración del corazón y regresaron de inmediato a su unidad médica. La cirugía de trasplante duró aproximadamente seis horas y concluyó con éxito, marcando un nuevo hito para el hospital y para el propio paciente.
Entre la ciencia y la solidaridad: el trasplante que devolvió el latido a Matías Hazael en Nuevo León
Tras la intervención, Matías permaneció siete días en la Unidad de Cuidados Intensivos, bajo vigilancia permanente. El jefe de la UCI, doctor Jorge Gabriel Cantú Carmona, explicó que se mantuvo un monitoreo estrecho de las reacciones bioquímicas y fisiológicas del receptor, dada la alta probabilidad de rechazo. Se supervisaron de manera continua la circulación sanguínea, oxigenación, signos vitales, presión arterial, temperatura, función renal y cualquier signo de alarma.
La evolución fue favorable. Desde la cama 225 de la UMAE No. 34, Matías comenzó a tomar conciencia de la magnitud de lo ocurrido. “Yo llegaba inconsciente, desvanecido, muy grave”, recordó. Hoy, con un nuevo corazón latiendo en su pecho, habla de planes sencillos pero profundamente significativos: retomar la lectura, seguir estudiando y convivir con su familia. “Tengo nueva vida y quiero empezar el nuevo año con mucho optimismo”, dijo.
El caso de Matías Hazael no solo representa una historia de éxito clínico, sino también un recordatorio del impacto de la donación de órganos y del papel del IMSS en la atención de alta especialidad. Detrás del trasplante número 99 hay equipos médicos altamente capacitados, protocolos precisos y, sobre todo, una familia que decidió transformar una pérdida irreparable en esperanza para otros.
