Récord de depresión en Yucatán preocupa a especialistas
El estado de Yucatán se coloca entre los 10 con mayor número de enfermos mentales en el país.

En ese sentido, el aumento fue de un 4.56% respecto al 2024, lo que enciende las alarmas, pues 3 de cada 4 casos corresponden a mujeres.
Este número revela un grave problema de salud mental que sigue creciendo y que es muy importante una atención oportuna.
A nivel nacional, México acumula más de 124 mil casos, pero Yucatán rompe récords en la región peninsular, por encima de Campeche y Quintana Roo.
Récord de depresión en Yucatán alerta a todo México
Una de las principales razones detrás del récord de depresión en Yucatán es la depresión por problemas socioeconómicos, un fenómeno que afecta a miles de familias ante la incertidumbre económica, el desempleo y el aumento del costo de vida.
También influyen factores emocionales, el estrés laboral y la falta de acceso a servicios psicológicos públicos. La combinación de estos elementos crea un ambiente que afecta la estabilidad mental de los yucatecos.
Indicadores emocionales
Tristeza profunda y persistente (más de dos semanas seguidas).
Pérdida de interés o placer en actividades que antes resultaban agradables.
Sentimientos de vacío, desesperanza o culpa excesiva.
Irritabilidad o frustración, incluso por cosas pequeñas.
Baja autoestima o pensamientos de inutilidad.
Indicadores físicos
Cambios en el apetito (comer mucho o muy poco).
Alteraciones del sueño (insomnio o dormir en exceso).
Cansancio constante o falta de energía, incluso tras descansar.
Dolores físicos sin causa médica aparente (cabeza, espalda, estómago).
Lentitud en los movimientos o el habla.
Indicadores cognitivos
Dificultad para concentrarse, tomar decisiones o recordar cosas.
Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.
Sensación de estar “desconectado” o en un estado de confusión mental.
Indicadores conductuales y sociales
Aislamiento social o rechazo de actividades sociales.
Descuidar la higiene personal o responsabilidades cotidianas.
Consumo mayor de alcohol u otras sustancias.
Disminución del rendimiento laboral o académico.
Duración y gravedad del trastorno
Para que clínicamente se considere depresión, los síntomas deben durar al menos dos semanas seguidas y afectar de manera significativa el funcionamiento diario (trabajo, estudio, relaciones).
Es importante recordar que tener algunos de estos síntomas no significa automáticamente que una persona tenga depresión. Solo un profesional de la salud mental puede diagnosticar correctamente la enfermedad.

Cómo superar el miedo a pedir ayuda
Tener miedo de buscar ayuda cuando se sospecha depresión es algo común y completamente humano. Muchas personas sienten temor, vergüenza o incertidumbre antes de dar ese paso. Pero lo bueno es que ese miedo sí se puede trabajar y superar.
1. Entiende que pedir ayuda no es debilidad
Uno de los mayores obstáculos es pensar que buscar ayuda “significa no poder solo”.
En realidad, pedir ayuda es un acto de valentía, porque implica reconocer que algo no está bien y que se desea mejorar.
Así como irías al médico por una fractura, ir al psicólogo o psiquiatra es cuidar tu salud mental.
2. Habla con alguien de confianza primero
Antes de acudir con un profesional, puedes abrirte con una persona que te dé seguridad: un amigo, un familiar o alguien que te escuche sin juzgar.
Decirlo en voz alta ayuda a quitar peso al miedo y hace que el proceso se sienta menos solitario.
Ejemplo: “Últimamente no me he sentido bien, creo que necesito hablar con alguien sobre esto.”

3. Infórmate sobre la atención psicológica o psiquiátrica
Muchos miedos vienen del desconocimiento. Saber cómo funciona una consulta te da control:
El especialista no te va a juzgar.
La primera sesión suele ser solo una charla para entender cómo te sientes.
Nadie te obliga a medicarte o a contar todo de inmediato.
Puedes empezar solo con una cita para “ver cómo te sientes con el proceso”.
4. Normaliza el cuidado de la salud mental
Piensa que atender la depresión es parte del autocuidado, como hacer ejercicio o alimentarte bien.
Cada vez más personas reciben tratamiento y mejoran su calidad de vida.
Hablar de ello con naturalidad ayuda a romper el estigma.
Un ejemplo inspirador es que bailar ayuda contra la depresión, pues la actividad física y el movimiento estimulan la liberación de endorfinas, mejorando el ánimo y reduciendo el estrés.
5. Practica la autocompasión
En lugar de decirte “debería poder con esto solo”, intenta decirte:
“Estoy haciendo lo mejor que puedo con lo que tengo, y merezco sentirme bien.”
Ser amable contigo reduce la culpa y abre espacio a la recuperación.
6. Ve paso a paso
No tienes que resolverlo todo hoy. Empieza con un pequeño paso:
Buscar información sobre un psicólogo.
Escribir cómo te sientes.
Hacer una cita para dentro de una semana.
Cada paso, por pequeño que parezca, es progreso real.
7. Recuerda: la depresión se trata y mejora
Con atención profesional, muchas personas recuperan el ánimo, la energía y el sentido de vida.
No es inmediato, pero sí posible.
El miedo suele disminuir cuando ves los primeros cambios positivos.
Relación entre depresión y drogadicción
La relación entre depresión y drogadicción (o consumo problemático de sustancias) es bidireccional, lo que significa que pueden presentarse en cualquier orden.
Sin embargo, entender cómo se influencian una a la otra es clave para saber cómo tratarlas.
Primero la depresión ? luego la drogadicción
Este es el caso más común.
Cuando una persona siente tristeza constante, vacío o desesperanza, puede recurrir a las drogas o al alcohol para “aliviar” momentáneamente el dolor emocional.
Esa sensación temporal de escape genera una falsa mejora, pero con el tiempo el cuerpo y la mente se acostumbran a la sustancia, provocando dependencia.
Primero la drogadicción ? luego la depresión
También ocurre con frecuencia.
El consumo prolongado de drogas altera los químicos cerebrales que regulan el ánimo, como la serotonina y la dopamina.
Con el tiempo, el cerebro deja de producirlos de forma natural, generando tristeza, apatía y falta de placer, incluso cuando no se consume.
Cuando ambas se mezclan
Muchas veces, depresión y drogadicción se retroalimentan:
La persona se deprime y consume ? el consumo aumenta la depresión.
Se siente peor ? consume más.
Esto se conoce clínicamente como un trastorno dual o comorbilidad, y requiere tratamiento combinado psicológico, médico y social.
