El acuerdo para poner fin el cierre del Gobierno amenaza la atención médica de 24 millones de ciudadanos
Durante casi seis semanas, el Gobierno de Estados Unidos permaneció parcialmente cerrado en medio de una pugna entre los demócratas y la Administración de Donald Trump. Fue el cierre gubernamental más prolongado de la historia del país, con graves repercusiones: miles de empleados públicos sin salario, retrasos en aeropuertos y la suspensión temporal de programas sociales esenciales, como la ayuda alimentaria que beneficia a uno de cada ocho estadounidenses.
El motivo de fondo era la renovación de los subsidios federales a los seguros médicos, un tema clave para los demócratas, que veían en ello la garantía del acceso a la salud para millones de ciudadanos.
Un acuerdo frágil en el Congreso
El pasado domingo, siete senadores demócratas decidieron dar un paso atrás y, junto con el independiente Angus King (Maine), facilitaron un acuerdo que será sometido a votación esta semana en el Congreso. Entre los legisladores que apoyaron el pacto figuran Tim Kaine (Virginia), Dick Durbin (Illinois), John Fetterman (Pensilvania), Jeanne Shaheen (New Hampshire), Catherine Cortez Masto y Jacky Rosen (ambas de Nevada).
El compromiso permitirá reabrir el Gobierno, pero con una concesión significativa: los republicanos solo prometen debatir en diciembre la extensión de los subsidios de salud, una garantía que muchos consideran insuficiente.

La salud en el centro del conflicto
“El cierre del Gobierno puede estar llegando a su fin, pero la lucha para contener los costos de la atención médica debe continuar”, advirtió Anthony Wright, director ejecutivo de Families USA, una organización de defensa de los derechos sanitarios. Wright alertó que millones de estadounidenses que pagan su propio seguro “podrían enfrentar primas inasumibles o perder su cobertura” si los créditos fiscales no se renuevan.
El futuro incierto del Obamacare
Los subsidios en disputa forman parte de la Ley de Atención Médica Asequible (ACA), conocida popularmente como Obamacare, aprobada durante la presidencia de Barack Obama. Esta legislación permite a millones de personas acceder a un seguro médico mediante un mercado regulado que ofrece precios reducidos gracias a la ayuda federal.
Los beneficios extraordinarios añadidos durante la pandemia expiran a finales de año, y el acuerdo político actual no garantiza su continuidad. Sin esos apoyos, el coste de la atención médica podría dispararse nuevamente.
Un sistema sanitario en riesgo
En un país donde los gastos médicos son tan altos que la salud se convierte en un privilegio, el Obamacare cubre actualmente a unos 24 millones de estadounidenses, el doble que antes de 2021, cuando se ampliaron los subsidios. Si el Congreso no logra una solución antes de enero, millones podrían quedarse sin seguro, reabriendo una de las heridas sociales más profundas del sistema estadounidense.
