El valor de los premios Nobel
 
						 
			Representan un hilo común en el interés de dejar huella en el conocimiento.
Por ahí del 2006, entrevisté a Mario Molina por su denominado Proyecto Milagro, tenía casi una década que había sido galardonado con el premio Nobel de Química en 1996. El me dijo un dato que ha perseguido mi vida: sólo el 10% de la población mundial de todos los tiempos es la que se ha cargado al mundo: inventores, creadores, pintores, escritores, revolucionarios, innovadores y empresarios.
Esta anécdota viene a colación, porque en medio de guerras, inestabilidad comercial global, conflictos arancelarios entre bloques económicos y la opresión autoritaria de gobiernos dictatoriales, los 14 galardonados del Premio Nobel 2025 en ámbitos como la economía, física, medicina, química, literatura y paz, representan, sin duda, que el conocimiento y la innovación tienen un lugar central en la promoción de la libertad, la democracia y la construcción de un futuro promisorio.
Siempre he pensado que cada personaje recompensado con un Nobel, nos recuerda la infinita capacidad de mujeres y hombres por aportar beneficios a la humanidad, como seres extraordinarios que en los laboratorios de la ciencia, la tecnología, la innovación, la política y en el arte del lenguaje, demuestran la genialidad y el potencial del ser humano por transformar la realidad del mundo.
Los ganadores de este premio instaurado en 1901, representan un hilo común sustentado en el interés de dejar huella en el conocimiento y en la sociedad, cuyos premios en este año estimulan los debates que orientan las políticas científicas, culturales, democráticas y económicas de un mundo en constante cambio.
Los laureados elegidos por el Comité del Premio Nobel quién realizó el informe de los candidatos y lo remitió a la Real Academia de Ciencias de Suecia para ser avalados, tomaron en cuenta temáticas que definieron a los ganadores en este año.
Propuestas estratégicas que van dirigidas al avance en la física cuántica, nuevos materiales moleculares, descubrimientos en inmunología, literatura rebelde y crítica contra el autoritarismo, la defensa por la democracia en países Latinoamericanos, y cómo la innovación, impulsa un mayor progreso tecnológico a nivel global.
No hay que olvidar el caso de los mexicanos como ejemplos inspiradores en el trabajo del mencionado, Mario Molina con el Nobel de Química en 1995, Octavio Paz con el Noble de Literatura en 1990 y Alfonso García, con el Nobel de la Paz en 1982.
En este momento, los Premios Nobel 2025 son importantes porque reconocen avances que abordan desafíos mundiales cruciales, desde la lucha contra el cambio climático y las enfermedades autoinmunes, hasta la promoción de la democracia y el crecimiento económico sostenible con el aporte de la tecnología.
Uno de los galardones más sonados y simbólicos de este año fue el que se anunció el 10 de octubre a María Corina Machado de Venezuela, a quién se le otorgó el Premio Nobel de la Paz y el ser elogiada por la academia sueca como una figura clave y unificadora para el desarrollo democrático de su país.
“Como líder del movimiento por la democracia en Venezuela, María Corina Machado es uno de los ejemplos más extraordinarios de coraje civil en América Latina en los últimos tiempos”, expresó la academia.
Con 58 años, Corina Machado se ha convertido en el emblema de la voluntad colectiva para cambiar la realidad democrática en toda Latinoamérica. “Esto es un movimiento. Es el logro de toda una sociedad”, dijo al ser notificada del premio.
De esta manera este año han sido catorce los premiados con el Nobel y estos se entregan el 10 de diciembre de cada año, cuando se conmemora el aniversario de la muerte de Alfred Nobel, reconocido internacionalmente por los premios que llevan su nombre.
A excepción del Premio Nobel de la Paz, que se otorga en Oslo, Noruega; todas las demás ceremonias se llevarán a cabo en Estocolmo, Suecia; como un recordatorio de que el aprendizaje y los ideales tienen un lugar central en el desarrollo de la humanidad.
 
		