¡Felino y enriquecedor debut!
El Juglar presenta…
“Recuerdo cómo en cada historia sembrabas en mí la magia de la literatura. Gracias a ti descubrí que la lectura no es solamente por entretenimiento, sino que nos transforma. Ver tus palabras materializadas en este libro es en realidad un sueño que nos ha acompañado toda la noche”, así se expresó Adriana Manríquez Alcocer aquella velada de entrañables amigos y sorprendente revelación literaria.
Por José Luis Barrón
“BaluArtes Chetumaleños”
Desde las primeras líneas de este enigmático libro cuya portada me enamoró al primer maullido de manera irónica me viene a la memoria una frase que inventé en mis albores creatívoros: “Relájate hermano, fúmate un ‘xurro’ escarchado, ve la vida en perspectiva y acaricia un gato” e imagino que fue lo que mi amigo Jorge Manríquez Centeno no hizo —seguramente uso otros gatos y otras técnicas inspiradoras— para realizar esta felina obra que denominó “(Des)encuentros”.
Sencilla y directa la prosa de este debutante autor nos lleva a ese mundo tan obtuso, a veces falso por un lado y profundo por otro, use mundo para muchos incomprensible que es el burocratismo, una prosa sin términos rebuscados que nos incita a leer de un solo golpe las 111 páginas que nos develan intensas vidas en un reducido perímetro de acción: desde la oficina institucional, a la casa o departamento, del escritorio, al parque de la esquina o al lote baldío.
Y en efecto, Jorge Manríquez aplica en su técnica narrativa de manera magistral el punto número VI del Manual del perfecto cuentista de Horacio Quiroga: Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: “Desde el río soplaba el viento frío”, no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.
En esa noche marcada por el número cabalístico 290, empapada de Café y una que otra gota de tequila, yo quiero, no, yo debo resaltar el momento más emotivo de la presentación de “(Des)encuentros”, que corrió a cargo de Adriana Manríquez Alcocer, hija del escritor chilango/chetumaleño que entre otras emotivas frases manifestó:
“Hoy no solo celebramos tu logro, sino que aplaudo tu determinación y esa pasión que te impulsa a leer y escribir diariamente. La constancia que tienes al dedicar siempre un tiempo específico a la lectura, la pasión que le tienes a la literatura y el amor que has puesto en cada palabra”.
Palabras que a los más de cuatro siglos reunidos esa noche (y resumidos en 35 años de amistad para Jorge) nos acribilló de emoción hasta el tuétano, incluyendo a la señora esposa del autor, doña María Elena Alcocer Ávila, a su hermano el “Cuch” Juan Manuel, al mismísimo poeta Agustín Labrada y a toditos lo ahí reunidos: políticos, escritores, periodistas, familiares… Todos entrañables amigos.
Testimonio del autor
“Todo comenzó con la pérdida de mi gatito Maní. Fue un duro golpe. Lo rescatamos de un acantilado de basura, y fue creciendo con la dicha de tenerlo desde pequeño. Pero un día, un descuido le abrió la puerta y se perdió. Este es el trasfondo de mi libro”, así empezó Jorge a crear “(Des)encuentros”, que lanza bajo el sello editorial de Rosa Ma. PORRUA y prologado por el escritor Alberto Guerra Naranjo.
Sería un felinicidio no leer esta obra, así vives en Chetumal adquiérela directamente con Jorge Manríquez Centeno, ponte en contacto con él a través de sus redes sociales. Y no lo olvides, la Cultura necesita amigos que valoren y fomenten el Arte que es la viva manifestación de los pueblos.





