Salome ¿arrebato pasional, locura o droga?*
*“¡Ay de los que planean la iniquidad, los que traman el mal en sus camas! Al clarear la mañana lo ejecutan, porque está en el poder de sus manos!” Miqueas 2:1″*
Por Alfredo A. Calderón Cámara
*La escena fue patética. Sábado 18, audiencia del gobernador Javier May Rodríguez en el poblado C-33 de Cárdenas. Entre aplausos, saludos y cámaras, un periodista —Neftalí Cruz Leyva— se acercó a preguntar algo elemental: la opinión del diputado Salomé Izquierdo Mena sobre las políticas públicas del gobernador. Pregunta sencilla, respuesta esperada. Pero el diputado, que parece más un experimento fallido de laboratorio que un servidor público, reaccionó como un toro en celo: manoteó, golpeó, gritos y desvaríos*
*El video que circula en redes no deja lugar a dudas. Salomé Izquierdo tiene la mirada perdida, los reflejos lentos y el alma en otro planeta, quizás “faroleado” o montado cabalgando en el 3i/Atlas. Si no estaba bajo los efectos de alguna sustancia, entonces el mal es más grave: un vacío absoluto de decoro, inteligencia y autocontrol. La sociedad de Cárdenas con un diputado así, ya no sabe si reír o llorar*
*Apenas eran las 9:26 de la mañana, hora en que la decencia apenas se despereza, el diputado Salome, a esa hora ya se comportaba en forma incoherente, mirada extraviada, señas con las manos, gesticulaciones y ante una simple pregunta: manotazos y golpes, como quien llega directo de la parranda después de un licuado verde, de repente dijo: “me vas a seguir grabando” y de inmediato el golpe y manotazo. Eso en un evento oficial, frente al gobernador. No es valentía; es degeneración política moral, social y decadencia pura*
*El daño no lo recibe sólo el periodista —que tuvo la dignidad de mantener la compostura y denunciar el hecho—, sino el trabajo que desarrolla su mentor Euclides Alejandro y el propio Javier May, que ve cómo su discurso de “territorio y cercanía con el pueblo” se desmorona cuando lo rodean diputados así: pendencieros, inútiles y con la sensibilidad política de un ladrillo*
*Y detrás de toda esa comedia negra de nuevo aparece, inevitablemente, el nombre del alcalde Euclides Alejandro. En Cárdenas todos saben que Izquierdo Mena es su protegido, su pupilo, su criatura, que su único mérito para ser diputado es por ser hijo del “exodista” don Salome. Uno esperaría que, conociendo el temperamento del sujeto, al menos Euclides Alejandro lo mantuviera lejos del gobernador o, mejor aún, bajo observación médica*
*Incluso podría pedir asesoría sobre qué hacer cuando tiene esos “viajes” “visiones de fantasmas” y el único que tiene toda esa experiencia acumulada en Oceánica es su camarada del PVEM, Miguel Ángel Moheno; pero no. Ven las lamentables condiciones de un sujeto así, extrañan los “desvaríos” de Charly Valentino y lo sueltan en eventos públicos, dejan que en esas circunstancias intente articular palabras y después de mover y remover las manos ante la incorrecta conexión de neuronas con la lengua; optó por desatar su incontrolable furia*
*Recordemos que esto sucede en Cárdenas, como si Cárdenas no tuviera ya bastante con sus cuitas, hace apenas unos días otro subordinado del alcalde —agente de tránsito “de todas sus confianzas”— atropelló y mató a doña Eduarda Montoya. En menos de un mes: por negligencia la autoridad municipal dejo desangrarse hasta morir a su empleado don Sebastián Castillo, hace una semana la ancianita muerta; ahora, el lunático diputado Salome arremetiendo contra la prensa*
*Los síntomas son claros: impunidad, anarquía y desorden no son accidentes en el organismo de gobierno de Euclides Alejandro: son el simple reflejo de una autoridad que perdió el control moral y político del municipio. Es de señalar que el periodista lo resumió con precisión quirúrgica: “Se le subió el estiércol a la cabeza al diputado Salome.” Y no hay frase más justa. En Tabasco abundan los diputados decorativos, pero pocos alcanzan este nivel de ignominia*
*Izquierdo Mena no solo exhibe su ignorancia; arrastra la investidura que juró honrar. La agresión a un periodista no es un exabrupto cualquiera: es un síntoma de poder descompuesto, de mentes pequeñas que no soportan la realidad -nadie sabe que problemas existenciales tiene ese tal Salome, necesita ayuda urgente- no tolera siquiera las preguntas amables. En un país donde la prensa crítica sigue siendo incómoda, lo de Salomé Izquierdo no es un hecho aislado; es el retrato de la impunidad cotidiana*
*Y mientras el gobernador sonríe para la foto, quienes lo acompañan en sus giras o sus “representantes parlamentarios” van dejando rastros de vergüenza dañando el trabajo de un gobernador que si trabaja, que responde incluso con amabilidad a las preguntas incómodas. ¿Recuerdan las condolencias de Euclides? Después de ellas se esperaba un cambio de actitud de él y su gente*
*Es evidente que no hay condolencia que valga o restaure la credibilidad social del alcalde si sus allegados llenan de heces todo con conductas. Lo de Cárdenas ya no es un accidente: es una radiografía del poder enfermo. “Lástima de diputado”, dijo el periodista. Leyva Cruz, lástima de municipio habría que agregarse y dejarle al desorientado Salome una simple pregunta l aire ¿Arrebato pasional, locura o droga?*
*SEPTIMO SELLO*
*En Tabasco los vivos ganan como si estuvieran muertos. Y los que trabajan entre cadáveres, literalmente, sobreviven con sueldos que insultan la inteligencia, la justicia y la decencia. Cincuenta y seis trabajadores del Servicio Médico Forense de la Fiscalía General del Estado —médicos legistas, camilleros, técnicos— han dicho basta. A partir de hoy lunes 20 de octubre iniciarán una huelga “de brazos caídos”. Es la metáfora perfecta: brazos que han cargado cuerpos sin vida durante años, ahora descansan no por voluntad, sino por cansancio moral*
*Lo irónico es brutal. Mientras los funcionarios de traje planchado y discurso prefabricado se pavonean hablando de “justicia social” y “humanismo mexicano”, quienes manipulan los cuerpos humanos desde las morgues del Estado apenas ganan lo necesario para comer. No hay compensación por insalubridad, ni incentivos, ni equipo digno. Sólo silencio, olor a formol y nóminas que parecen redactadas en el siglo pasado*
*A partir de hoy por la huelga de brazos caídos se suspende: Levantamiento de cadáveres vía pública, en hospitales, en domicilio, visitas hospitalarias, domiciliarias, necropsias, expedición de certificados de defunción, certificado de lesiones a víctimas, a detenidos, certificados ginecológicos, proctológicos, determinación de edad médico legal, andrológicos, asistencias a juicios orales y todas las actividades inherentes a la profesión médica legal*
*SEPTIMA TROMPETA*
*Estos trabajadores no piden privilegios, piden sobrevivir. Su salario está por debajo del mínimo decretado por el propio presidente López Obrador, lo que convierte este caso en una afrenta directa al discurso presidencial y en una burla institucional de la Fiscalía tabasqueña. Son servidores públicos que conocen la muerte, pero que están siendo masacrados en vida y condenados a morir de inanición por la indiferencia de sus superiores*
*El oficio dirigido al fiscal general, tiene copia al gobernador Javier May, -del cual obra copia en poder del columnista-, no es un documento administrativo, es un grito desesperado. Hablan de años y años de omisiones, todo el sexenio anterior de promesas vacías, de expedientes laborales enterrados con el mismo cuidado que los cuerpos que ellos levantan. Piden, con una dignidad que ya nadie recuerda, una mesa de negociación y una sola garantía: no ser reprimidos por exigir justicia*
*SEPTIMA COPA*
*¿De qué sirve una fiscalía que presume sensibilidad social si deja en el olvido a quienes sostienen el último eslabón del sistema de justicia? Los médicos forenses saben lo que la sociedad niega: detrás de cada cadáver hay una historia de violencia, negligencia o pobreza. Ellos limpian el rostro del horror para que otros lo ignoren. Y ahora, hartos de cargar con la muerte ajena, sólo reclaman su derecho a una vida digna*
*En el fondo, esta huelga no es solo laboral. Es moral. Es un clamor de sus empleados forenses al Estado que exige disciplina, pero no ofrece sustento, que presume transformación mientras reproduce las viejas prácticas de menosprecio hacia sus trabajadores. En las planillas oficiales, los muertos tienen nombre y expediente. Pero en las nóminas del gobierno, los vivos están desaparecidos. Ubiquemos: cuando hasta los forenses paran, es que el cadáver ya no es un cuerpo: es el Estado mismo*
