Trump ordena despliegue de tropas en Portland y autoriza el uso de “fuerza total”

En un giro que ha encendido el debate político en Estados Unidos, Donald Trump ordena El despliegue de tropas en Portland, en el estado de Oregon, una medida que ha sido recibida con fuertes críticas tanto de autoridades locales como de grupos defensores de derechos civiles. La decisión no solo implica la llegada de fuerzas militares a la ciudad, sino también la autorización del presidente para el uso de “fuerza total”.
La decisión de Donald Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su administración no tolerará lo que considera un ataque directo a la seguridad nacional. Según su comunicado, la intervención militar en Portland busca frenar disturbios, proteger instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y contrarrestar lo que denomina amenazas de grupos como Antifa.
Reacciones locales y nacionales
Tanto el alcalde de Portland como la gobernadora de Oregón rechazaron tajantemente la decisión. Para ellos, la medida representa una invasión de la autonomía estatal y un incremento innecesario de la tensión social. Analistas políticos señalan que esta acción refuerza la narrativa de Trump como “hombre de orden y ley”, pero al mismo tiempo polariza aún más al país.
Trump ordena despliegue de tropas en Portland y uso de “Fuerza total”
Uno de los elementos más controvertidos es la autorización del uso de “fuerza total”. Aunque el mandatario no explicó en qué consiste, la expresión abre la puerta a múltiples interpretaciones, desde el uso de armamento pesado hasta la suspensión de garantías civiles.
La orden de Trump ha sido catalogada por críticos como un precedente peligroso, ya que podría normalizar el uso del ejército en conflictos internos.
Presencia de Fuerzas federales en Portland y otras ciudades
El caso de Portland no es aislado. Antes ya se había ordenado la presencia militar en Los Ángeles, Memphis y Washington DC, todas ellas gobernadas por demócratas. La repetición de este patrón ha generado sospechas de que la medida también responde a una estrategia electoral para afianzar su base conservadora.
El despliegue no solo trae implicaciones de seguridad, sino también políticas y sociales. Sectores de la población han salido a protestar, denunciando lo que consideran un acto de represión y autoritarismo. Organizaciones de derechos humanos advierten que esta medida podría derivar en violaciones sistemáticas a los derechos civiles de los manifestantes.
Además, algunos expertos en seguridad interna señalan que militarizar el conflicto urbano no resolverá la raíz de los problemas sociales, sino que los intensificará.