Sheinbaum redefine el papel de Pemex: de carga heredada a motor estratégico del desarrollo


La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo colocó nuevamente a Petróleos Mexicanos (Pemex) en el centro del debate económico nacional al anunciar un plan de rescate que busca revertir lo que calificó como una “maldita deuda corrupta” heredada de las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum señaló que el Paquete Económico 2025 prevé destinar 250 mil millones de pesos para cubrir vencimientos de intereses de la petrolera, monto que, subrayó, equivale a más de tres veces el costo del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles.
El mensaje presidencial no solo apuntó a exhibir el origen del endeudamiento —que pasó de 46 mil millones de dólares en 2007 a 105 mil millones en 2018—, sino también a cuestionar su eficacia. “Nos dejaron menos petróleo, menos gasolina y menos petroquímica. ¿Ese era el Pemex del futuro?”, dijo al recordar que la producción de gasolinas se redujo casi a la mitad y que la petroquímica sufrió un retroceso sustancial en ese periodo.
El nuevo enfoque gubernamental busca que el rescate de Pemex no se limite a pagar deudas, sino que se convierta en una palanca para la autosuficiencia energética y el desarrollo industrial. Sheinbaum destacó que la intervención financiera, coordinada por Hacienda bajo la dirección de Edgar Amador Zamora, ya permitió mejorar la calificación crediticia de la empresa, lo que envía una señal positiva a los mercados internacionales.
Sheinbaum redefine el papel de Pemex: de carga heredada a motor estratégico del desarrollo
El plan establece que, si bien el gobierno federal absorberá parte de la carga financiera en 2025 y 2026, Pemex deberá ser capaz de sostener sus operaciones sin apoyo externo a partir de 2027.
Paralelamente, el Paquete Económico 2025 mantiene un sello social: amplía programas como la beca “Rita Cetina” para estudiantes de primaria, refuerza la inversión en salud, educación e infraestructura y preserva la austeridad republicana, al no autorizar incrementos salariales para la alta burocracia.
Con esta estrategia, la administración federal busca transformar la narrativa de Pemex: de símbolo de deuda y desgaste, a patrimonio nacional en recuperación que, según la mandataria, será clave para garantizar soberanía energética y un México más justo en medio de un entorno global incierto.