Lo quieren frenar


Les guste o no a muchos, Andrés Manuel López Beltrán es el rival que la oposición y adversarios neomorenistas, la mayoría ex priístas, buscan desacreditar para intentar frenarlo.
El seguimiento a su vida personal no es fortuito. El heredero del capital social y político de su padre, Andrés Manuel López Obrador, es uno de los aspirantes más competitivos para contender, dependiendo de las circunstancias, por la Ciudad de México y la Presidencia en la elección del 2030.
Es lógico que cualquier cosa que haga o deje de hacer, en lo público y privado, será magnificado por sus adversarios que muy pronto se están mostrando.
El ahora secretario de Organización de Morena, que ha construido su propio capital político a lo largo de muchos años, siempre con muy bajo perfil, está siendo objeto de un ataque sistemático a partir de sus vacaciones en Japón, pero que pudo haber sido a cualquier lugar del mundo por el solo hecho de que está en libertad de hacerlo si cuenta con los recursos suficientes.
Lo que está sucediendo, sin embargo, le permitirá medir la estrategia que sus adversarios están usando para tratar de minarlo política y electoralmente, cuando estamos a dos años de la elección intermedia y a cinco de la presidencial.
La revisión de su mismo comportamiento y reacciones a los ataques de sus adversarios le permitirá prepararse para próximas embestidas que serán mucho mayores que la que ahora está enfrentando.
En todo caso, si hubo algún error, está más que a tiempo para re direccionar su desempeño público y partidista, y contener los ataques.
En contraste con los que algunos afirman, como ya en su tiempo lo hicieron con su padre, no hay que descartar de ninguna manera que Andrés Manuel López Beltrán estará presente en las boletas de las próximas elecciones, en las que será uno de los principales protagonistas que la oposición, dentro y fuera de Morena, no desea enfrentar ni en el 2027 y menos en el 2030. Mucho menos, cuando el legado de su padre estará más que vigente.