EL PRECIO DE MIRAR PARA OTRO LADO


Me encontré una joya de disertación en las redes sociales: “El PRECIO DE MIRAR OARA OTRO LADO”. Durante el tiempo de la Segunda Guerra Mundial, de Nuremberg a España, y es que en el periodo de entreguerras, Europa vivió un periodo lamentable y un ascenso de regímenes totalitarios como el nazismo, el fascismo o el socialismo, lo que más tarde provocó el estallido de la Segunda Guerra Mundial y, en consecuencia, el genocidio de millones de personas.
Tras la derrota del Tercer Reich, el mundo se enfrentó a una pregunta, como fue posible que una sociedad tan culta como la Alemana, permitiera pasivamente semejante barbarie?. Los Juicios de Nuremberg demostraron algo mucho más profundo que la banalidad del mal, como lo denominó Annah arendt, es decir, el mal no se presenta siempre con rostro monstruoso, sino a menudo disfrazado de obediencia, de burocracia, se silencio, ¿nos suena?
Hoy en España y otros países como el nuestro existe un momento que debe ser analizado bajo el mismo prisma, un gobierno que legisla por decreto, que reforma las leyes a su medida, que colonia al Poder Judicial, que infiltra a sus fiscales, a los suyos, en el corazón de la judicatura, y que ejerce y fomenta y premia la corrupción política con indultos y amnistías. ¿Puede eso considerarse democracia? ¿Es la democracia que nos hemos dado? Se trata de un vaciamiento progresivo del Estado de Derecho. Pero lo más alarmante no es solamente la inacción del poder, del estado de Derecho, sino la inacción de cada uno de nosotros.
Como advirtió Hayek, en el camino de servidumbre los pueblos no caen en el totalitarismo de un día para otro, sino que son llevados suavemente, pasito a pasito, suavecito, mediante un secuencia de justificaciones utilitarias, que sino es por La Paz social, que si es por la convivencia, la inclusión, por la igualdad, por el medio ambiente, y así se va normalizando la excepcion, se va legalizando lo ilegal, y se reprime al disidente, no con violencia visible, sino siguiendo la ventana de Overton, con propaganda, con censura, autocensura, luego con multas, inspecciones fiscales, y finalmente imponiendo.
Y mientras tanto, gran parte de la ciudadanía calladita, consciente, o incluso a veces, incluso aplauden, que denigren a esos vecinos suyos, que les IVA mejor que a ellos, y ahora les va peor. Hannah Arendt dijo: el mayor mal en el mundo lo cometen personas que no eligen el mal, sino que simplemente no piensan. Hannah Arendt señaló que el mayor mal lo cometen las personas que no eligen el mal, sino que simplemente no piensan.
Y hoy en este país, México, no pensar, y por tanto no actuar es una forma de colaborar con la destrucción de nuestras instituciones democráticas y de colaborar y de la vida que les espera a nuestros hijos, que no es más que la destrucción de nuestra forma de vida. La Historia nos enseño lo que ocurre, y no es otra cosa más que la colaboración y el exterminio de nuestras instituciones democráticas, y de la vida que les espera a nuestros hijos.
La historia nos enseñó lo que ocurre cuando el poder se desboca, y los demás callamos. Recordemos que tras la catástrofe de Nuremberg, se juzgó a los responsables, ¿y hoy donde están nuestros límites? Es que cada día nos levantamos con un nuevo escándalo, y el gobierno y los que le apoyan, ya ni se inmutan. ¿Pero es que no hay ni uno solo, ni un solo diputado socialista para sumar? O de cualquier coalición en el que quepan los ciudadanos? La verdad es que el pueblo Mexicano ha sido subyugado, y no tardará mucho para ser avasallado, y el inevitable resultado será el caos y el estallido de la violencia. Al tiempo.