Texas despliega más de 7 mil agentes ante protestas por redadas migratorias
Texas despliega más de 7 mil agentes entre policías estatales y la Guardia Nacional para controlar las crecientes protestas contra las redadas migratorias. Esta acción masiva fue anunciada por el gobernador Greg Abbott en respuesta a manifestaciones que han ido escalando en intensidad en ciudades clave como Austin, Dallas, Houston y San Antonio.
El operativo de seguridad responde a los recientes disturbios vinculados al movimiento “No Kings”, que rechaza lo que consideran políticas autoritarias del gobierno federal en materia migratoria.
Texas despliega más de 7 mil agentes en medio de tensión social
En palabras de Abbott, la decisión de movilizar tropas busca prevenir actos de violencia como los que se han visto recientemente en otras partes del país. Aunque no se especificaron los destinos exactos de los agentes, Texas moviliza a la Guardia Nacional, y algunos elementos ya fueron vistos en el centro de San Antonio durante una manifestación nocturna.
El gobernador declaró que su gobierno no tolerará actos de anarquía ni daños a la propiedad pública o privada. Esta postura se alinea con su estrategia de mano dura, aunque ha generado fuertes críticas a nivel local y nacional.
Las redadas migratorias desatan controversia y movilización ciudadana
Las protestas actuales surgieron como respuesta a las redadas migratorias impulsadas por políticas del presidente Donald Trump. Generando un ambiente de miedo, tensión y resistencia civil.
En ciudades como Austin y Dallas, las manifestaciones de inicios de semana terminaron en enfrentamientos violentos. La policía utilizó gases irritantes para dispersar a las multitudes, dejando al menos una docena de detenidos.
Este contexto llevó a que Texas despliegue más de 7 mil agentes en un intento de mantener el orden público y reforzar el control ante lo que las autoridades consideran un “riesgo latente” de violencia.
Posturas encontradas entre gobiernos estatales
La acción de Greg Abbott contrasta drásticamente con la del gobernador de California, Gavin Newsom, quien ha expresado su rechazo al uso de fuerzas militares en protestas civiles. Mientras Texas apuesta por la presencia armada como medida preventiva, California aboga por el respeto al derecho de libre expresión.
Además, alcaldes de ciudades como San Antonio y Austin han cuestionado la intromisión estatal, señalando que nunca solicitaron la presencia de la Guardia Nacional. La polémica ha encendido el debate sobre los límites del poder estatal frente a decisiones municipales autónomas.
Impacto político y social de la militarización
El despliegue de más de 7 mil agentes no solo tiene un impacto logístico, sino también simbólico. Representa el uso del poder estatal como mecanismo de control frente a una ciudadanía cada vez más inconforme con las políticas migratorias.
Organizaciones de derechos civiles han denunciado que estas acciones criminalizan la protesta pacífica y generan un clima de represión. Sin embargo, para las autoridades estatales, es un paso necesario para mantener la estabilidad frente a un escenario altamente polarizado.
Las autoridades ya anticipan nuevas movilizaciones el próximo sábado en varias ciudades del estado. El número de agentes desplegados podría aumentar si la situación escala. Mientras tanto, la sociedad civil se prepara para defender su derecho a protestar sin miedo a la represión.
