Leyendo ahora
Cómo saber si tu psicólogo ya no es el adecuado

Cómo saber si tu psicólogo ya no es el adecuado

¿Debo cambiar de psicólogo?

La Chipa sabe que en ocasiones, en medio de un proceso terapéutico, puede llegar a surgir la siguiente duda: ¿Debo cambiar de psicólogo? Esta es una pregunta que, aunque puede parecer incómoda, resulta fundamental en el proceso terapéutico. En ocasiones, la relación con un profesional de la salud mental puede no ser la más adecuada, y reconocer las señales que lo indican es esencial para garantizar una evolución emocional sana y efectiva.

¿Debo cambiar de psicólogo? Señales claras para tomar una decisión informada

Si bien algunas personas encuentran al terapeuta ideal desde el inicio, muchas otras atraviesan un camino más largo antes de establecer una conexión terapéutica significativa. Esto no significa que estén fallando, que la terapia no sea útil para ellas, ni mucho menos que deban abandonarla.

Cambiar de terapeuta no es rendirse, es avanzar

En ciertos casos, cambiar de terapeuta no implica retroceder, sino crecer. La salud mental es un derecho, no un privilegio, y el compromiso con el propio bienestar requiere tomar decisiones conscientes. Reconocer que una relación terapéutica no está funcionando y buscar nuevas opciones puede ser una forma responsable de priorizar el autocuidado.

El malestar no siempre es una señal negativa

Es importante diferenciar entre el malestar terapéutico que indica progreso y aquel que señala estancamiento. Las sesiones pueden generar incomodidad, ya que implican enfrentarse a emociones difíciles. Sin embargo, esa incomodidad, bien gestionada, puede ser señal de que se está avanzando y no necesariamente de que se debe abandonar el proceso.

¿Debo cambiar de psicólogo? Indicadores de una relación terapéutica inefectiva

A veces, la desmotivación para asistir a las sesiones o la falta de compromiso con las tareas asignadas no se relacionan con la falta de compatibilidad con el terapeuta, sino con bloqueos internos que requieren atención. No se trata de culpables, sino de comprender qué factores están interfiriendo en el avance del proceso.

En lugar de cancelar la próxima sesión, puede ser útil expresar estas inquietudes directamente con el profesional para explorar juntos las posibles causas de la desmotivación. No obstante, si tras estos intentos persiste la sensación de estancamiento, es momento de plantearse: ¿Debo cambiar de psicólogo?

Señales de que es necesario cambiar de profesional

Repetición constante sin avances

Si, a pesar del tiempo transcurrido, se siguen abordando los mismos temas sin observar progreso significativo, es posible que el enfoque del terapeuta no esté funcionando de manera efectiva.

Sensación de no ser escuchado o comprendido

Cuando el profesional interrumpe con frecuencia, minimiza las emociones o proporciona respuestas automatizadas, la relación pierde profundidad y confianza.

Falta de conexión emocional o empatía

La relación terapéutica debe ser un espacio seguro. Si no existe química o confianza básica, el trabajo emocional se dificulta.

Ausencia de estructura o metas claras

Una terapia sin objetivos concretos puede resultar en sesiones inconclusas o dispersas. El terapeuta debe ayudar a construir una hoja de ruta para el proceso.

Ver también
Tomar vinagre de manzana en exceso

Conductas poco éticas

La vulnerabilidad emocional que se experimenta en una consulta exige altos estándares éticos. Cualquier violación a estos principios justifica un cambio inmediato de profesional.

Señales de que se debe revisar el rol del paciente en la terapia

Evitar temas delicados de manera sistemática

Omitir información por miedo a la confrontación emocional puede limitar el éxito del proceso terapéutico. La vulnerabilidad es clave para avanzar.

Esperar soluciones inmediatas o mágicas

La terapia no proporciona fórmulas mágicas. Es un trabajo conjunto que requiere tiempo, compromiso y esfuerzo consciente por parte del paciente.

Cambiar de psicólogo con demasiada frecuencia

Aunque es válido buscar el terapeuta adecuado, hacerlo repetidamente puede ser una forma de evitar enfrentar emociones dolorosas o procesos profundos.

No aplicar lo aprendido entre sesiones

Asimilar conocimientos sin llevarlos a la práctica dificulta el cambio real. La terapia se consolida en la vida cotidiana, no solo durante las consultas.


© 2024 Grupo Transmedia La Chispa. Todos los derechos reservados

Subir