“Pensé que me iban a matar”: Kim Kardashian testificó en el juicio sobre el robo que sufrió y rompe el silencio


Por La Chispa
Kim Kardashian testificó en el juicio sobre el robo que sufrió en París en 2016, un suceso que dejó una profunda huella en su vida personal y familiar.
La estrella de reality y empresaria relató con crudeza cómo vivió el asalto a mano armada dentro de su habitación en un hotel de lujo, asegurando que temió ser violada y asesinada. Su testimonio estremeció al tribunal y al mundo.
Rodeada de un impresionante operativo de seguridad y cientos de periodistas, Kim llegó al Palacio de Justicia de París para relatar lo que llamó su “verdad”, con el deseo de cerrar un capítulo doloroso de su vida.
Kim Kardashian testificó en el juicio sobre el robo que sufrió y rompió en llanto
Durante la audiencia, Kim Kardashian testificó en el juicio sobre el robo que sufrió y no contuvo las lágrimas al recordar los minutos de terror que vivió la madrugada del 3 de octubre de 2016.

Relató que dos hombres armados entraron a su suite mientras ella se encontraba sola, tras haber regresado antes que su hermana y su guardaespaldas.
Los ladrones, disfrazados de policías y con el conserje maniatado, irrumpieron en su habitación. Kim, vestida solo con un batín, fue amordazada y atada mientras uno de los hombres la apuntaba con una pistola.
“Estaba segura de que me iban a disparar. Absolutamente. Pensé que me iban a matar”, confesó entre sollozos.
“Pensé que me violarían”: el momento más vulnerable de Kim
Uno de los pasajes más escalofriantes fue cuando narró cómo creyó que sería agredida sexualmente. El ladrón la ató sobre la cama mientras su batín caía, dejándola completamente expuesta.
Intentó negociar a través del conserje —ya que los agresores no hablaban inglés— rogando que se llevaran lo que quisieran, pero que no le hicieran daño porque tenía hijos pequeños. Todo ocurrió en un estado de pánico:
“Estaba bastante histérica”, relató.
El botín incluyó el anillo de compromiso que le regaló Kanye West y otras joyas valoradas en más de 10 millones de dólares. Tras inmovilizarla, los delincuentes huyeron, dejándola amordazada y sola.
El golpe que transformó su vida para siempre
La celebridad declaró que desde aquel día su vida cambió drásticamente. Hoy en día, no duerme sin tener entre cuatro y seis vigilantes en su casa y evita compartir en tiempo real su ubicación en redes sociales.
El trauma también afectó la dinámica de su familia y su percepción del mundo:
“Ya no me siento segura en ningún lugar”, declaró.
Los “yayoladrones”: los acusados en el banquillo
En el juicio se encuentran diez personas acusadas —nueve hombres y una mujer— conocidos como los “yayoladrones” por superar los 70 años y tener amplios historiales delictivos. Uno de ellos, Aomar Ait Khedache, es señalado como el cerebro del robo.
Aunque no puede hablar ni oír debido a su estado de salud, el acusado pidió perdón. Kardashian, conmovida, aceptó sus disculpas, pero puntualizó que el daño fue irreversible:
“Cambió mi vida y la de mi familia”.
Más allá de la fama: una mujer marcada por el miedo
En su testimonio, Kim Kardashian testificó en el juicio sobre el robo que sufrió no solo como una figura pública, sino como madre y mujer. Recordó su deseo de convertirse en abogada y defendió el valor de la rehabilitación, pero dejó claro que no debe olvidarse a las víctimas.
Influencia y vulnerabilidad: el alto precio de la fama
El caso de Kardashian revela lo vulnerable que puede ser incluso una de las mujeres más famosas del mundo. Su testimonio ha encendido un debate sobre la seguridad de las celebridades y el impacto psicológico que sufren tras un crimen violento.