Gints Zilbalodis conmovido en el Zócalo miles de personas para ver Flow


Por La Chispa
Desde La Chispa te contamos cómo el Zócalo de la Ciudad de México se transformó en una gran sala de cine al aire libre donde, el pasado 30 de abril, el director Gints Zilbalodis fue testigo de uno de los momentos más emotivos de su carrera.
Gints Zilbalodis conmovido en el Zócalo miles de personas para ver Flow no solo es un titular, es el reflejo de una conexión auténtica entre arte y audiencia.

Un director tímido, un público apasionado
Zilbalodis, originario de Letonia, se enfrentó a la que ha sido la proyección más masiva de Flow, su multipremiada película. “No pude decir que no”, confesó el cineasta, quien actualmente trabaja en Limbo, su siguiente proyecto.
El Zócalo capitalino comenzó a llenarse desde las 6 de la tarde. Niños, adultos, parejas y hasta mascotas aguardaban emocionados. Con miles de sillas dispuestas por el Gobierno de la Ciudad de México, la velada comenzó a tomar forma.
El fenómeno Flow conquista México
Flow ha conmovido a millones por su narrativa emocional y sin diálogos. Un gato gris sobrevive a un apocalipsis acuático acompañado de una garza, un capibara y un lémur. La historia, aunque simple, aborda temas universales como la cooperación, la soledad y la esperanza.
Además del Oscar, Flow ha ganado el Globo de Oro a Mejor Película Animada. Sin embargo, ningún festival logró el impacto emocional que provocó su proyección en el corazón de la Ciudad de México.
Zilbalodis agradecido: “Nunca lo olvidaré”
Claramente emocionado y abrumado por los aplausos y gritos, Gints Zilbalodis conmovido en el Zócalo miles de personas para ver Flow tomó el micrófono:
“Flow es una película sobre un gato, pero también es una historia muy personal. La hice con un equipo muy pequeño. Estar aquí frente a tantos es de no creerse.”
El director agradeció al público mexicano, al que llamó “los fans más grandes que Flow tiene en el mundo”. Acompañado por su productor Matīss Kaža y la jefa de Gobierno Clara Brugada, Zilbalodis se mostró visiblemente conmovido.
Una fiesta para todas las edades
Aunque pensada para las infancias, la función reunió a todo tipo de personas. Familias completas, personas solas con sus mascotas, adultos mayores y grupos de amigos compartieron el momento. Se repartieron dulces, botanas, palomitas y hasta souvenirs temáticos como capibaras de peluche y diademas inspiradas en los personajes de la película.
Incluso los vendedores ambulantes aprovecharon la ocasión para adaptar sus productos al evento. Un ambiente festivo cubrió la plancha del Zócalo, donde la lluvia ligera no apagó la emoción del público.
Arte huichol y reconocimiento cultural
En un gesto simbólico, Clara Brugada entregó a Zilbalodis un regalo muy especial: una figura de gato hecha con arte huichol, como homenaje a la conexión que logró con la audiencia mexicana.
Este intercambio fue más que protocolario: fue una muestra de cómo el arte cinematográfico puede crear puentes entre culturas. Flow es ahora parte de la memoria colectiva de miles de capitalinos que lo vivieron como un evento histórico.
Más allá del cine: un momento transformador
La llegada de Flow al Zócalo no solo significó una función gratuita, sino un momento de comunión cultural. Gints Zilbalodis conmovido en el Zócalo miles de personas para ver Flow ya es parte de la historia del cine en México. Y no es para menos. Su presencia, humilde pero poderosa, conectó profundamente con un país que ha abrazado su obra con el corazón.
Desde su estreno en Cannes hasta su paso por México, Zilbalodis ha recorrido el mundo con una historia que no necesitó palabras para tocar el alma. Hoy, México lo aplaude y él responde con gratitud.
“Verlos a todos ustedes aquí es abrumador. Recordaré este momento por el resto de mi vida. Éste es un lugar, de verdad, muy especial”, cerró el cineasta.
¿Qué sigue para Zilbalodis?
El director continúa trabajando en Limbo, una nueva cinta que combinará humanos, animales y, esta vez, incluirá diálogos. Este proyecto promete expandir aún más su lenguaje visual y narrativo, manteniendo la esencia poética que ha caracterizado su obra.
La expectativa es alta, especialmente en México, donde ya cuenta con una base sólida de admiradores gracias a Flow y el recuerdo imborrable de esa noche en el Zócalo.
El cine, cuando se vive en comunidad, puede transformar. Lo que ocurrió en el Zócalo no fue solo una función, fue un fenómeno cultural, emocional y artístico. Flow ya no es solo una película: es un símbolo de cómo las historias nos unen y nos hacen soñar juntos.