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Los contadores de historias

Los contadores de historias

Existen oficios perdidos, y otros que emergen sorpresivamente en la era digital. Este es el caso de una profesión antiquísima y cautivadora: los contadores de historias. Su utilidad no es sólo lúdica. Se trata de una poderosa herramienta comercial.

La narrativa puede ayudar a conectar con la audiencia a nivel emocional, volver comprensibles los datos complejos e incluso fortalecer la persuasión de los argumentos y ser parte esencial de los mensajes claves en el branding.

Historias de éxito, de fracaso, las divertidas o de leyendas son las más cautivantes. Una misma historia puede adaptarse a cada una de estas tipologías. Aunque no hay nada inamovible, las de éxito suelen emplearse en las ventas, de fracaso al tratar de incorporarse a una empresa o grupo de trabajo, las jocosas se emplean para aligerar el ambiente en medio de un proyecto extenuante y las leyendas “visten” a toda la organización. Son lo que se presume siempre y conforma la cultura corporativa.

Ahora, todos debemos dominar una propia historia donde divulguemos quiénes somos, qué hacemos y para qué. Debe ser lo suficientemente corta para emplearla en relaciones sociales casuales y no desaprovechar la oportunidad de incrementar nuestras redes y prospectos.

A esa misma historia se le pueden agregar detalles técnicos para emplearla en congresos especializados de la industria en la que se participe, entre colegas o entrevistas en medios especializados.

La historia también se emplea internamente en los equipos de trabajo para que aumente la atracción por lo que hacemos y se aumente la productividad.

La narrativa, sorpresivamente, también incide en la mayor velocidad de cambio y adaptación ante las irrupciones. Saber dónde estamos permite virar ante el cambio de necesidades y expectativas de mercado.

Ahora, una habilidad muy demandada es generar una narrativa a partir de datos. A veces éstos resultan incomprensibles y la historia los vuelve relevantes.

El proceso para transformar los datos en una historia es localizar los más importantes. A partir de ellos explicar su significado. Ya que se ha clarificado significado y trascendencia, acomodarlos por orden descendente. Lo más importante primero, lo minucioso después.

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¿Llama la atención, tiene la capacidad de adecuarse a los cuatro prototipos de historias ya citadas? El pensamiento visual es crucial para narrar una historia. ¿Se logra ver secuencial y atractivamente?, ¿es coherente, interesante y lógico?

 

Y vale mencionar también al crowdfunding, una herramienta poderosa para las organizaciones sin fines de lucro y los emprendedores. “Una historia convincente, cuando se comparte, tiene el potencial de tener un gran impacto”-

El proceso para contar una historia es determinar qué quiero transmitir, con qué elementos cuento para presentar y reforzar mi idea y cuál sería la secuencia más cautivante. A veces la prolepsis es un elemento muy atractivo para mantener la atención.


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