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Excursionista sobrevive comiendo pasta de dientes durante 10 días

Excursionista sobrevive comiendo pasta de dientes durante 10 días

Excursionista sobrevive comiendo pasta de dientes durante 10 días

La Chispa sabe lo que pasa en el mundo y, en esta ocasión, te traemos una historia increíble de supervivencia que casi termina en tragedia. Un joven excursionista de 18 años, Sun Liang, vivió una experiencia que cambiaría su vida para siempre, sobreviviendo durante 10 días comiendo pasta de dientes y nieve. En un intento por recorrer 80 kilómetros de la línea Ao-Tai, un tramo de 170 km entre las montañas Ao y Taibai, Liang nunca imaginó que esta expedición lo llevaría al límite de la resistencia humana.

El Inicio de la Aventura

El 8 de febrero, Sun Liang comenzó su ruta en solitario con la misión de completar la travesía, pero todo dio un giro inesperado. Tras varios días de caminar, en su intento por encontrar ayuda, decidió descender por una zona empinada. Sin embargo, sufrió una caída desde una gran altura, quedando inconsciente. Al despertar, se dio cuenta de que había perdido todos sus suministros, y peor aún, se fracturó la muñeca.

El Inicio de la Aventura

Excursionista sobrevive comiendo pasta de dientes

En medio de este caos, el joven se refugió detrás de una gran roca donde construyó una cama improvisada. A pesar de las condiciones extremas, Liang no se dio por vencido. Para sobrevivir, comenzó a beber agua de un río cercano y nieve derretida. Sin embargo, lo más sorprendente de su historia es cómo encontró una fuente de alimento en algo poco común: un bote de pasta de dientes. Él dice que no quería comer el musgo de la montaña pues temía enfermarse, ya que eso hubiera sido una sentencia de muerte. En su lugar, optó por usar la pasta de dientes para evitar cualquier riesgo a su salud. Esta decisión inusual fue clave para su supervivencia.

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Cómo la pasta de dientes salvó su vida

Aunque la pasta de dientes no es un alimento, Liang explicó que la usó como una fuente de energía y para calmar el hambre. Afortunadamente, su cuerpo resistió durante esos 10 días sin mayores complicaciones. La historia de este excursionista es un testimonio de la resistencia humana en condiciones extremas y cómo la creatividad y la adaptabilidad pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.


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