Ingenieros quieren darle un alma a los robots para que sientan
La Chispa está informada de lo que pasa en el mundo y ahora hablaremos de una situación tecnológica que levantó una gran polémica. Se dio a conocer que ingenieros chinos quieren darle un alma a los robots para que sientan tal como lo hacemos nosotros. De por sí, ya hay muchos debates sobre que estamos yendo muy lejos con la “humanización” de las máquinas, y ahora quieren darles lo que nos separa de ellos.
Ingenieros quieren darle un alma a los robots: ¿un avance o un peligro?
La idea de dotar a los robots de una “alma” ha causado un gran debate en el ámbito tecnológico. La meta es que estos autómatas no solo imiten nuestros movimientos, sino que también puedan procesar emociones de forma similar a la humana, según Zhao Tongyang, fundador y CEO de EngineAI.
“No es solo una máquina, queremos que sienta como un humano. Por eso nuestro robot camina de forma natural. En el futuro, esperamos que su comportamiento sea tal que reconozca tus alegrías y tus penas. Deberíamos poder lograrlo en tres años. Cuando hables con él, no podrás saber si hay un alma dentro de su cuerpo. Creo que esto será un éxito”. Declaró Tongyang
El Robot Humanoide que Imita la Vida: Un paso hacia la empatía robótica
Uno de los avances más interesantes en este campo es el robot humanoide que imita la vida. Este dispositivo no solo se mueve, sino que también está diseñado para adaptarse a las emociones humanas. A través de sensores y algoritmos avanzados, el robot puede reconocer variaciones en la voz y el rostro, lo que le permite responder de una manera casi emocional. Los ingenieros buscan que, en un futuro cercano, las máquinas puedan acompañar a las personas de manera más empática y comprensiva.
El futuro de la robótica: Robot haciendo kung-fu
Este avance no solo se limita a la emocionalidad. También se han visto robots realizando tareas físicas complejas, como el robot haciendo kung-fu. Este tipo de entrenamientos busca que los robots adquieran destrezas físicas similares a las humanas, lo que abre la puerta a una enorme variedad de aplicaciones. Desde asistir a personas con discapacidad hasta realizar tareas peligrosas en entornos hostiles, la robótica está avanzando a pasos agigantados.
¿Qué implicaciones tiene este desarrollo?
Si los ingenieros logran crear robots que sientan y reaccionen como seres humanos, surgirán nuevas preguntas éticas y sociales. ¿Deberíamos tratar a las máquinas como seres vivos? ¿Cómo aseguramos que no se descontrole la inteligencia artificial? Si los robots desarrollan empatía, ¿deberíamos otorgarles derechos? Estas son solo algunas de las preguntas que aún quedan sin respuesta.
