Aporofobia la ruina del delincuente Donal Trump

Donal Trump recurre a los más sinuosos procedimientos en su provecho, no obstante, su laberinto mental donde el sí es no, donde el no es sí y donde ambos adverbios concluyen en un quizá, confunde al adversario, presiona y gana. Es astuto, comodino, vago, cínico, gordo y egoísta, un Garfield farolero.
Este juego caprichoso al estilo de güerito de rancho gandalla, Trump, con su enigmática mirada de felino todo lo observa con agudeza especulativa y así como llega la ráfaga de oportunidad la toma, aunque luego averigüe si fue buena decisión, sobre todo si le favorece obtener el control de todo.
La opinión ligera acostumbra a colocarlo en el delirio de la locura sin embargo destaca la definición de Robert De Niro respecto a la personalidad de Donald: “ es un bribón” y “encarnación del mal” y no está interesado en el T-MEC, no le entusiasma la integración económica de la región y podría perder hasta la intensión de la hegemonía en la que los chinos van ganando terreno, sobre todo en Perú.
Su terquedad por recuperar la hegemonía del poder universal para su país adquiere nivel de utopía. Donald se quedó atrapado en la obsesión de convertir un pedazo de tierra en millones de dólares sin importarle el destino de la gente pobre a quien despoja de su patrimonio y luego convierte en desarrollo de bienes raíces residenciales, hoteles, complejos turísticos, torres residenciales y campos de golf en varios países.
Ahora busca controlar la región costera de la Franja de Gaza y ambiciona expulsar a los palestinos de su territorio para transformarlo en la Riviera de Medio Oriente cuando en USA se registran 40.9 millones de personas que viven por debajo de la línea de pobreza.
Afanosamente pretende comprar Groenlandia, anexar a Canadá, posicionarse del canal de Panamá y cambiar el nombre del Golfo de México y desatiende a 650 mil personas en estado de indigencia los que no tienen acceso a un sistema de bienestar social, que, por cierto, nada generoso.
Robert De Niro los describe como ”un payaso empeñado en destruir la democracia estadounidense;
Todo depende de un capricho, de un impulso. Y hoy es peor que nunca. Parece que intenta ser el mejor en el peor de los casos”.
En una entrevista con Élise Lucet en un programa de la televisión francesa, el 30 de octubre de 2024, De Niro afirmó que “lo único que sabe hacer es insultar a la gente. No sabe hacer nada más, no tiene nada que decir. No quiere debatir, tiene miedo de parecer un idiota”.
El aumento de aranceles, catalogar a los narcos mexicanos como terroristas, acusar al gobierno mexicano de aliado y protector de estos, cerrar la frontera a indocumentados, responsabilizando a México de patrocinar el fenómeno migratorio se traduce a cumplir promesas de campaña para satisfacer las fobias de un 64 por ciento de gringos racistas, sobre todo contra la raza negra.
La encuesta del Centro de Investigación Pew, realizada en marzo de 2021, muestra que un 27 por ciento de latinos dice haber experimentado discriminación de un semejante, frente al 31 por ciento que dice haberla padecido de alguien no latino. En ambos casos, los latinos no blancos son más propensos a ser discriminados. De pena ajena, acá en el territorio la discriminación es salvaje.
En el caso del gabacho, los mexicanos aumentan y complementan la fuerza laboral excepcionalmente de la que se beneficia la economía gringa, sobre todo en la construcción de desarrollos urbanos y turísticos.
Se estima que hay 12 millones de migrantes mexicanos en Estados Unidos. De ellos, se calcula que cuatro millones son indocumentados. Del total, el 31 por ciento de los hombres migrantes mexicanos laboran en el sector de la construcción, las mujeres migrantes, el 20.7 por ciento trabajan en servicios educativos y de salud, de los cuales se beneficia Trump con la edificación urbana.
De acuerdo a la fisonomía y análisis psicológico de Donald Trump, su tendencia a la aporofobia quizá provenga de su ADN ario, jacobino, por su infame apetito al poder económico y político y su gran desprecio por los pobres y personas de piel diferente a la suya.
¿Cómo recuperar la hegemonía del poder sin guerras? Sin duda alguna busca mayor riqueza pulverizando a millones de pobres al arrebatarles sus patrimonios para luego venderlos a los millonarios, los que, por cierto, no están satisfechos con el planeta y buscan mudarse fuera de este.
La cortina de humo que diseñó Trump para frenar que la mano de obra barata llegue a su país es una real estupidez, ¿quiénes harán el trabajo? ¿Los 46 millones de gringos pachecos que consumen el presupuesto de la Casa Blanca? Rechaza aceptar que los migrantes generan la riqueza que tanto ambiciona.
Al cerrar la frontera del sur de USA y aumentar los aranceles en un 25 por ciento a las exportaciones mexicanas es como lanzar un bumerang que les regresaría con una inflación abrumadora donde todos perderíamos y podríamos recordar la recesión de 1929, con otras características igual de desoladoras.
Habrá que recordar la quiebra de bancos, la ruina de los campesinos, la quiebra de industrias y, en definitiva, el aumento del paro y la recesión. El catarrito gringo igual a COVID-19 para nosotros.
El primero en visualizar el error trumpista fue el gobierno mexicano a través del Secretario de Economía, Luis Marcelo Ebrard Casaubón, en la mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum. Se prendió la alerta entre los asesores del payaso de rodeo.
Ya luego, Elon Musk coincidió, y saltaron al escenario una carta, una llamada y se acordó una tregua con 10 mil efectivos de la Guardia Nacional para cercar la frontera y con ello se contuvo el flujo de migrantes ilegales, los que ya buscan, otra manera, “el sueño americano” como lo hizo la familia Trump en su tiempo. Nos quedan treinta días y contando, no menos, diría el clásico o cuello.
Habría que mencionar que Estados Unidos es el país más insolvente del mundo cuando su deuda pública en 2023 registró 30.429.116 millones de euros, creció 1.157.518 millones desde 2022 cuando fue de 29.271.598 millones de euros.
En realidad, lo que estará buscando Trump, al engañar con la verdad de apoderarse del mundo, es comprar a su propio país, adueñarse de él y desde ahí, si le da la edad, convertirse en el amo del universo con aliados como Bezos, Musk, Ramaswamy, Lutnick, Stephens, Mc Mahon, entre otros, que, en realidad son los más beneficiados de las diabluras de Trump, de 78 años.
Sin embargo, su aporofobia, su desprecio a los pobres generará un herida en el tejido social norteamericano que será difícil de sanar durante décadas, quizá al borde de una guerra civil, encabezada por alguno de los toxicómanos que literal, ladrarían por una dosis de fentanilo, morfina, mota y más y no por un nacionalismo marrullero, xenofóbico.
La paja en el ojo ajeno del gatuno Donald Trump no lo deja ver bien y quizá este observando con el chakra del Tercer Ojo como algunos fisonomistas y criminalistas describen la fuerte intuición con la que opera Donal Trump.
Alguien con mejor análisis político, como el periodista y escritor mexicano Jesús Esquivel, quien afirma que con el destacamento de elementos de la GN en la frontera norte y la presencia del ejército norteamericano la afluencia de los indocumentados ha disminuido significativamente.
Sin embargo, ello no alivia lo que pretende Trump en realidad, contener el internamiento de fentanilo a través de los cárteles mexicanos. Es conocido que el tóxico ingresa en cantidades industriales desde China por otras fronteras y se distribuye por cárteles gringos o de otras nacionalidades radicados allá.
Es retórica la designación de los carteles mexicanos como organizaciones terroristas y de una inexistente alianza del narco con el gobierno. Trump es el clásico vecino gandalla de la colonia Guerrero que trata se apodera de todos los changarros de ventas ilegales y del cobro de piso.
Enfatiza Jesús Esquivel: “Para combatir al terrorismo internacional Trump tendría que designar a las armerías y a los fabricantes de armas de su país como copartícipes de ese terrorismo, del narcoterrorismo porque son los que proveen de armamento a los cárteles mexicanos”.
Asegura el analista que el engendro del mal “no haría nada en contra de las instituciones financieras de EUA que coadyuvan en el lavado de dinero procedente de las drogas”. Sería darse un balazo en el pie.
Esquivel destacó que en las remesas hay dinero del narco, no de los recursos que envían los paisanos, sino que los narcos que aprovechan ese transvase de diez mil dólares, unos 200 mil pesos, de ese país a México sin que pregunten el origen. Quizá sea por ahí la estrategia de entorpecer el lavado de dólares.
En realidad, la emergencia nacional es una criminalización de inmigrantes indocumentados para utilizarlos como moneda de cambio al lastimar sus derechos humanos y luego negociar con las organizaciones pro-humanistas para someterlos a sus caprichos ladinos. Mandó al carajo a la ONU.
Trump anunció su retirada del organismo de derechos humanos de la ONU y el cese de la subvención para los refugiados palestinos, va por sus terrenos para darles una remozada a los edificios caídos frente a las balas vendidas en sus armerías.
Para comprender la actitud del sujeto en este proceso de disección, Félix Vázquez Campos, criminólogo e investigador, quien realiza estudios de personalidad a través del fisonomismo “el rostro de Trump dejar ver que, si no fuera un magnate, bien pudiera ser un negociante de la Merced, vendedor de queso Oaxaca o joyero de Polanco.
Revela que “aunque en sus ojos podemos deducir que es un buen psíquico, que tal vez lanza amenazas a países vecinos de subir aranceles a sabiendas con ese dote de clarividencia que fácilmente accederán a sus pretensiones sin chistar, para luego retractarse.” Como ya lo hizo.
Precisa Vázquez Campos que entre sus nahuales y espíritus protectores pudieran estar las aves terrestres y los felinos, aunque en esta especie bien pudiera disimularse entre gato bodeguero y gato chartreux.
Los aspectos metafísicos encajan en una corriente de pensamiento chamánico, de la manipulación de la naturaleza en favor de alguien en particular, como ya es costumbre en muchos magnates cuyas dotes humanas no son suficientes para obtener lo humanamente posible recurren a fuerzas sobre naturales, de ello, en México, dan constancia “Los Brujos del Poder”, de José Gil Olmos Rodríguez.
El propio Adolfo Hitler utilizó técnicas de especialistas en lo sagrado del Tíbet como el uso de la cruz gamada de los hinduistas, budistas y jainistas utilizada como amuleto de buena suerte, sin embargo, a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y del Holocausto, en Occidente actualmente es un símbolo fuertemente asociado al nazismo.
Existen ciertas afinidades entre los descendientes de la raza aria como la familia Trumpf y Hitler:
ambos promovieron un fuerte sentimiento nacionalista.
Hitler controló y manipuló la prensa, mientras que Trump ha sido conocido por su retórica contra los “medios falsos”. Ambos líderes mostraron tendencias autoritarias en su forma de gobernar, aunque en contextos y grados muy diferentes.
Hitler culpó a los judíos y otros grupos minoritarios de los problemas de Alemania, mientras que Trump ha sido criticado por estigmatizar a inmigrantes y ciertos grupos étnicos en su argumentación.
Los grupos latinos deberán replantearse cómo fue que le dieron su voto a este espécimen del mal, parafraseando a Robert De Niro. El caso emblemático del condado de Starr, Texas, donde el 97 por ciento de la población es latina y votó por Trump.
Votaron en su favor a sabiendas que Donald Trump se convirtió en el primer expresidente estadounidense condenado penalmente cuando un jurado de Manhattan lo declaró culpable de 34 delitos graves de falsificación de registros comerciales en primer grado.
Sin embargo, el factor decisivo en el voto de castigo en contra de Joe Biden fue el aumento del costo de los alimentos y de la vivienda, que han afectado desproporcionadamente a los latinos y otras comunidades de color y de seguir esa ruta de blofero caería en un desastroso final de su carrera política.
Pobres pobres, el voto de venganza los alcanzará, a la vuelta de la esquina… Allá ellos y, como dijera el padre Alejandro Solalinde, “de los pobres es el reino de los cielos”.
¡Aquí, no y, menos, con el apocalíptico Trump!