LAS NOTAS NOCTURNAS
No me da miedo el ruido del poder. Me da miedo el silencio del pueblo. Camelot
Entre las cintas de Netflix y Roku, dejo un huequito para ver los noticieros nocturnos. Como ya no está Ciro veo ahora a Nacho Lozano, un joven que viene con ganas de meterse entre los grandes picudos, la gran competencia por el rating en la noche. Ayer casi todos metieron de nota principal la rebelión en la granja, cuando habitantes de un pueblo pequeño, al que le habían cambiado la nomenclatura de sus calles, al ir a pagar su predial, requirieron que tenían que cambiar desde el IFE hasta el domicilio con el nuevo nombre, más si era Me canso ganzo, así con zeta, ya luego tendrían que cambiar el recibo de luz y la licencia de tránsito y etcétera y etcétera. Pues esa gente, como Fuenteovejuna, comenzaron a derribar las nuevas calles en su nomenclatura. Bien lo decía el exgobernador Fernando Gutiérrez Barrios: “Cuando el pueblo grita y pide a las 12 del día que es de noche, hay que comenzar a encender las farolas. Ese lio lo explica bien y mejor el periodista Francisco Garfías. Va:
ESAS NOMENCLATURAS (Francisco Garfias/Excélsior)
“Las imágenes no mienten. El pueblo bueno de la colonia Cuarta Transformación, en Tultitlán, Estado de México, explotó contra las imposiciones de autoridades morenistas. Pobres entre los pobres hicieron trizas la nomenclatura de las calles rebautizadas con nombres de los programas sociales de López Obrador.
Patearon, doblaron, aplastaron los carteles nomencladores que decían: “Canasta básica”, “Internet para todos”, “Abrazos, no balazos”, “Soberanía energética”, “Aeropuerto Felipe Ángeles”, “Tianguis del bienestar”, “Tren Maya” o “Me canso ganzo”, así, con z.
Fue su manera de manifestar su rechazo a los cambios a los nombres de las calles que impuso la exalcaldesa morenista de Tultitlán, Elena García, para complacer a YSQ. La policía intervino. Los recibieron a pedradas y con mentadas de madre. Los uniformados reviraron con gases lacrimógenos, a lo que los pobladores respondieron con un bloqueo de carriles exclusivos de la avenida López Portillo, a la altura de Lechería.
Insólito para los morenistas. Sacrilegio para el ala dura de ese movimiento. Hartazgo y descontento de los pobladores.
¿El pueblo manda?”.
