Madre buscadora por Poza Rica
La Cuarta Transformación cumple su objetivo histórico de darle a la mujer un lugar destacado en el espacio político y social, es el momento en que una madre buscadora, esencia de la forzada politización y la conciencia obligada, como Nohemí Martínez Martagón, busque la presidencia municipal de un lugar como Poza Rica, donde desapareció su hijo hace casi 15 años, el 18 de septiembre de 2010.
Las madres buscadoras conocen cada rincón de los terrenos de su comunidad, saben de la sensibilidad de los habitantes y de la calidad moral de los funcionarios de todos los niveles. Se introdujeron en las entrañas de diferentes administraciones públicas de diferentes partidos, sus consignas públicas y sus vicios privados. Tienen la radiografía histórica de un estado que, si bien sus mujeres y hombres son héroes, también sus jóvenes, ancianos, niños, mujeres y hombres han sido castigados por el autoritarismo.
Buscar a algún familiar entre las tinieblas de la nada, implica conocer todos los problemas de la comunidad que circunda cada posibilidad de encontrar un cuerpo, una ropa, una osamenta. Así, Nohemí Martínez, considera que es un acto de justicia llegar a dirigir los destinos de un municipio cuyos habitantes han sido víctimas del autoritarismo, incluyendo el actual periodo del ex besbolista Fernando Remes.
La búsqueda incansable de un hijo, como si se tratara de un fantasma, muestra que todo puede sentirse. menos abandonar una lucha que a veces se emprende contra sí misma: contra el cansancio, la desesperanza, la tristeza, el dolor.
Luis Alberto Calleja Martínez fue detenido por policías estatales y municipales, en el sexenio del priísta Fidel Herrara Beltrán, conocido por sus numerosos actos de corrupción, el presidente municipal era el priista, Pablo Anaya Rivera, en cuya gestión, al frente de la secretaría de Salud del estado, se detectaron 70 mil reactivos de mala calidad para diagnosticar VIH-Sida.
Anaya Rivera se hizo de la vista gorda cuando su jefe, Javier Duarte, compró medicamentos para el cáncer con vencimiento en su fecha de caducidad, y a pesar de esto Fidel Herrera agoniza en libertad, y Anaya Rivera no es molestado por nadie. Él fue el que suministró a los niños con cáncer agua para que nadie se diera cuenta de que adquirieron los medicamentos vencidos a menor precio.
Fue en su periodo como presidente municipal en el que sus policías y los de Fidel herrara eran dueños absolutos de la vida de los jóvenes en el norte de Veracruz. Una de esas víctimas fue el hijo de Nohemí Martínez, quien busca a su hijo encabezando colectivos de madres buscadoras que son verdaderas heroínas que deben reconocerse con verdaderas posiciones desde donde verán de diferente manera.
Nohemí creó el colectivo “Ayuda a regresar a Luis Alberto Calleja Martínez”, al que se unieron, incluso menores de edad, por voluntad propia y solicitaron sumarse a esta tarea para entontar a sus padres, hermanos, familiares y amigos.
Veracruz tiene en sus mandatarios cuentas pendientes con la población, ante la impunidad irreversible que viven estos sujetos, la compensación que podría acercarse a un acto de justicia histórica es la oportunidad de mostrar su capacidad para impulsar la transformación que en manos de mujeres es más sólida y contundente.
La posibilidad de que Nohemí Martínez pudiera convertirse en presidenta municipal de Poza Rica, convoca a ir más allá de la construcción de un país renovado. Con caras nuevas en la política, frescas en su percepción de la realidad y desprovistas de intereses que a veces se atascan en malos hábitos de la administración pública hasta quedarse como costumbre.
Deberá valorarse a la persona más que al partido, la trayectoria personal y sus causas más que la ambición o protagonismos personales.
