El secuestro de Noé Zavaleta: un reflejo de los riesgos del periodismo en México
El periodista veracruzano Noé Zavaleta, conocido por sus investigaciones sobre el crimen organizado y la corrupción en México, fue secuestrado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la ciudad de Guadalajara, mientras participaba en actividades relacionadas con la Feria Internacional del Libro (FIL). Aunque fue liberado horas después, el incidente pone en evidencia los graves riesgos que enfrentan los comunicadores en el país.
Los hechos
La mañana de este miércoles, el periodista Ricardo Ravelo informó sobre el secuestro de Zavaleta en Jalisco. De acuerdo con su relato, el periodista fue confundido por los integrantes del CJNG, quienes, tras golpearlo y amenazarlo, determinaron que “no era la persona que buscaban” y procedieron a liberarlo. Ravelo confirmó que Zavaleta “se encuentra bien”, pero el incidente obligó a cancelar su participación programada en la FIL Guadalajara.
Zavaleta es autor de libros como El infierno de Javier Duarte, Las buscadoras e ImpuneMex, obras que han documentado con detalle las estructuras del crimen organizado y su relación con autoridades corruptas.
Un peligro latente para los periodistas
El caso de Noé Zavaleta es sólo el más reciente de una serie de ataques contra periodistas en México. De acuerdo con organizaciones como Artículo 19, el país sigue siendo uno de los más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, con decenas de comunicadores asesinados o desaparecidos en la última década.
La situación se agrava en regiones donde operan cárteles como el CJNG, quienes no sólo disputan el control territorial, sino que también buscan silenciar cualquier tipo de investigación que los exponga.
Reacciones del gremio y las autoridades
El secuestro de Zavaleta ha generado indignación en el gremio periodístico. Diversos colegas y organizaciones defensoras de la libertad de expresión exigieron al gobierno federal y estatal garantizar la seguridad de los periodistas y sancionar a los responsables de este tipo de delitos.
Hasta el momento, las autoridades de Jalisco no han emitido un pronunciamiento oficial sobre el caso, pero se espera que el incidente sea investigado por las instancias correspondientes.
Un llamado a la acción
La liberación de Noé Zavaleta representa un alivio momentáneo, pero no resuelve la problemática estructural de la violencia contra la prensa en México. Este incidente subraya la urgencia de crear mecanismos más efectivos de protección y fortalecer el Estado de derecho para que los periodistas puedan ejercer su labor sin temor a represalias.
“No es sólo un ataque contra una persona, sino contra el derecho de la sociedad a estar informada”, expresó un vocero de la organización Reporteros Sin Fronteras.
Con este caso, la FIL Guadalajara, un espacio de celebración cultural e intelectual, también se ve manchada por la violencia que persiste en el país, recordando a todos que la libertad de expresión en México sigue siendo un derecho en constante amenaza.