Una crisis humanitaria: Familia de Venezuela viviendo en un parque de Yucatán
La Chispa informa indocumentados venezolanos, que quedaron varados en la capital yucateca, se han visto en la necesidad de vivir en el parque de la Colonia México.
Este fenómeno pone de manifiesto la difícil realidad de muchos migrantes que, en su búsqueda de un futuro mejor, se enfrentan a una serie de desafíos que van más allá de la travesía, con promesas incumplidas y condiciones de vida precarias.
Familia de Venezuela viviendo en parque de Yucatán, siendo esta una de las tantas historias de migración que actualmente afectan a México.
La llegada de los migrantes venezolanos a Yucatán
De un total de 160 indocumentados venezolanos que llegaron a México, 83 fueron traídos a Yucatán. Sin embargo, estos migrantes aseguran que su llegada fue el resultado de engaños por parte de las autoridades migratorias.
De esos 83, tres familias, incluyendo niños, han quedado al “aire” en Mérida, específicamente en el parque de la Colonia México. Estas familias se enfrentan a una situación que refleja la compleja migración que atraviesan miles de personas al llegar a México.
Familia de Venezuela viviendo en parque de Yucatán y, junto con ellas, las historias de desesperación y lucha por la supervivencia en un país que, en teoría, promete oportunidades.
Entre ellas se encuentra Yuleizy Ramírez, quien ha tenido que pasar las últimas cuatro noches en el parque, junto con otras cinco mujeres y siete niños, quienes han encontrado refugio en un quiosco acondicionado de manera improvisada.
La ayuda de la comunidad venezolana en Mérida
La ayuda ha llegado de compatriotas venezolanos que les han proporcionado víveres y artículos de higiene personal. En la misma línea, varios migrantes han recurrido a una estación de servicio cercana para poder ir al baño y aprovechar el agua del parque para asearse.
La comunidad venezolana en Mérida ha jugado un papel crucial en la asistencia de estas familias, brindándoles apoyo mientras intentan sobrevivir en condiciones extremadamente precarias.
Los obstáculos que enfrentan los migrantes venezolanos
Norelbys Morle, otra migrante venezolana, comentó que inicialmente eran 160 personas que llegaron a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, pero agentes del INM les ofrecieron llevarlos al centro del país, y algunos aceptaron.
Sin embargo, cuando llegaron a Mérida, se dieron cuenta de que estaban muy lejos de su destino deseado, Ciudad de México.
El objetivo de estos migrantes es llegar a la Ciudad de México para conseguir una cita en Migración y así poder viajar legalmente hacia Estados Unidos.
Lamentablemente, el documento que les dieron no les permite tomar vuelos, y Migración no les ha otorgado una cita para regular su situación. Esta situación ha exacerbado aún más las tensiones dentro del grupo yucateco, ya que muchos se sienten atrapados, sin saber qué futuro les espera.
La odisea de tres familias venezolanas
Tres familias venezolanas, compuestas por 17 personas, incluidos nueve menores de edad, enfrentan una crisis humanitaria que refleja las complejidades del fenómeno migratorio en México.
Huyendo del estado Zulia, Venezuela, estas familias dejaron atrás una vida marcada por la hiperinflación, el desempleo y la inestabilidad política, solo para encontrarse con nuevos retos en tierras mexicanas.
Migrantes venezolanos sobreviven en un parque tras un largo y arriesgado trayecto. Dos de las familias cruzaron por la frontera sur en Tapachula, Chiapas, mientras que la tercera llegó a través de Belice.
Durante su paso por la Riviera Maya, fueron víctimas de intentos de cooptación por redes criminales, que buscaban involucrarlos en la venta de drogas. Por negarse, fueron desalojados de los lugares donde buscaban refugio.
El apoyo local y las dificultades para salir adelante
Al llegar a Mérida, las tres familias decidieron dormir en el parque de la Colonia México, buscando sobrevivir vendiendo dulces para alimentar a sus hijos.
La situación generó una fuerte difusión en redes sociales, con opiniones divididas: mientras algunos denunciaban la precariedad de su situación, otros vecinos se quejaban de su presencia en la zona.
La emergencia movilizó a una red de apoyo local. La Pastoral de Migrantes de la Arquidiócesis de Yucatán, en conjunto con el comedor comunitario Despertares, brindaron refugio temporal a las familias.
Aunque las familias estarán protegidas hasta el domingo, su situación sigue siendo precaria, y su lucha por un futuro mejor sigue en pie. Han decidido viajar a la Ciudad de México para iniciar los trámites de solicitud de refugio, con la esperanza de poder entregarse en la frontera norte en busca de una nueva oportunidad.
La necesidad de políticas públicas para migrantes
Este caso resalta la creciente necesidad de políticas públicas que aborden la situación de los migrantes en Mérida, una ciudad que enfrenta un aumento de personas que buscan una vida digna. Mientras las familias siguen luchando por encontrar un camino, su historia es un recordatorio de la urgente necesidad de mejorar la atención a los migrantes en México.
El panorama está lleno de incertidumbre, especialmente con las tensiones migratorias internacionales y el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, lo que podría endurecer aún más las políticas fronterizas. Esto hace que el futuro de estos migrantes sea aún más incierto, mientras buscan desesperadamente una nueva oportunidad para vivir.
Un llamado a la acción
El caso de estas familias es un claro recordatorio de las duras realidades de la migración y la necesidad urgente de crear soluciones efectivas que garanticen la seguridad y bienestar de los migrantes. Las autoridades y la sociedad civil deben unirse para ofrecer un futuro más prometedor a aquellos que, como los venezolanos en Mérida, solo buscan una vida mejor lejos de las adversidades de su país. Fuente: Diario de Yucatán