¿El séptimo año de AMLO?
Sin lugar a dudas los mexicanos siempre estábamos preguntando cuando una mujer alcanzaría la cúspide del Poder, pero en lo personal no creo que la historia se haya equivocado, porque como dicen por ahí, los pueblos tienen los gobiernos que se merecen. Y debo señalar que hasta ahora nos hemos merecido a una mujer que cobró treinta años en la Universidad Nacional Autónoma de MÉXICO, sin haberse presentado a trabajar, y las únicas veces que iba era a cobrar. Así de simple nuestra circunstancia y la probidad de quien ahora detenta el poder Presidencial del país.
Lo que hemos estado observando desde hace siete años no es más que el engaño de un perverso hombre que por desgracia ha venido a socavar la unidad de los mexicanos, y nos ha convertido en adversarios los unos a los otros, mientras él movía los hilos de una coartada en la que alcanzaría el poder y lo mantendría por mucho tiempo.
“La calca” como le han comenzado a decir a la Señora Sheinbaum no es más que un epíteto del vulgo que hasta hora ha venido asentándose como uno de los más graves errores de un pueblo como el nuestro, y de nuestra historia reciente que se escribirá en los siguientes años, y que mucho dolor causará a ese pueblo tan noble que extravió la ruta del crecimiento económico para caer en la mendicidad de un proyecto en el que los pobres tendrán que recibir las migajas.
Y esas migajas gubernamentales estarán presente en los siguientes años mientras la clase política se recrea como lo ha venido mostrando y demostrando, sin tener siquiera un poco de vergüenza por la destrucción de las instituciones gubernamentales y el hurto descarado por la mayor parte de los miembros de la mal llamada a cuarta Transformación, que hasta ahora han demostrado su talante autoritario.
Pero como dicen por ahí, no hay mal que dure cien años, ni pueblo que los aguante, porque aquellos que fueron comprados por las dádivas institucionales, tienen muy claro que ese dinero es de todos los mexicanos, y seguirán siendo porque esos programas son producto de las alcabalas o impuestos del pueblo mexicano, y no es que el gobernante en turno sea muy magnánimo, sino que ahora aprovechan la oportunidad para decir que ellos sí apoyan al pueblo.
Pero ese pueblo no se traga tan fácilmente los engaños, y todo aquel que pueda tener la posibilidad de alguna dádiva, tiene que estar consciente de que es dinero de todos los que pagamos impuestos, así que los miembros del gabinete de la señora Sheinbaum no se pueden adornar pidiéndole fidelidad a los mexicanos, porque ellos mismos saben de donde proviene ese dinero, simplemente porque es producto de los impuestos que pagamos. Al tiempo.