El tapete presidencial
Con todo respeto, le quiero decir que por lo regular todos tenemos cola que nos pisen, así de simple, pero déjeme decirle que usted, si, usted tiene muchas colas que le podemos pisar, porque toda su vida ha sido una mujer dedicada al hurto, al robo, y a la mendicidad, y por eso es que usted decidió entrar al mundo de uno de los hombres más detestables de la historia de este país.
Usted, será la continuación de Andrés Manuel López Obrador, simplemente porque usted ha sido una abyecta calca de ese sujeto que hasta ahora ha causado un brutal daño a la convivencia armónica de los mexicanos, porque nunca antes alguien nos dividió tanto como el imbécil que ahora dice haberse ido a “La Chingada”. Y por desgracia, usted se ha convertido en su tapete.
Déjeme decirle doña Claudia, que muchos investigadores han revisado su azaroso pasado, y han encontrado que usted estuvo cobrando un salario en la Universidad Nacional Autónoma de MÉXICO, mi Alma Mater, durante treinta años sin realizar trabajo alguno, porque era una simple aviadora, lo que la pinta en su total ambición de riqueza. Sin lugar a dudas, la pinta muy bien.
Y estoy seguro de que ahora que es usted, por desgracia del destino, y por el fraude electoral que usted y Andrés Manuel López Obrador cometieron con la señora Xóchitl Galvez, la usurpadora de un cargo que por desgracia usted no honrará, porque usted no sabe de honorabilidad, y aunque sea la Primera Mujer que alcanza el poder presidencial, en lo personal no le tengo ni le manifestare el respeto que he tenido con otros mandatarios.
Créame señora, usted será el tapete de aquel ambicioso que ahora le dará indicaciones desde “La Chingada”, porque usted ni siquiera entiende el papel que por desgracia tendrá en los anales de la historia de este aún maravilloso país. Pero entiendo que usted le ha tomado gusto al poder, y lo único que espero, es que le vaya bien, porque si le va bien a usted, le irá bien al país, y eso es lo que más anhelo.
Por mi parte usted seguirá siendo una espuria, y estaré haciendo lo que toda la vida he hecho, y es criticar los excesos del poder, y déjeme decirle que su antecesor ha sido el mayor ladrón de la historia de este país, porque si alguien tuvo empacho por hurtar los caudales públicos, han sido los hijitos de su antecesor. Por cierto, ojalá no se deje manipular por Andy, aunque lo quiera mucho, porque recuerde que la historia la escribimos los periodistas. Así de simple. Al tiempo.
