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Nuestra honorable Kakistocracia

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Literalmente México está en una encrucijada. Y si vamos al significado de la palabra, lo podremos señalar por lo que significa. De acuerdo al Diccionario de la Lengua Española, la palabra encrucijada significa “lugar en donde se cruzan dos o más calles o caminos”. Pero también significa “ocasión que se aprovecha para hacer daño a alguien, emboscada, o acechanza”. Así está el país desde que los miembros del Partido de Regeneración Nacional decidieron convertirse en los verdugos del pasado.

Cuando alguien acude al pasado para sembrar el odio, la inquina, y la mendicidad, es porque no entiende el presente, ese que al paso del tiempo se convertirá en el mismo reducto de aquellos que ahora se ufanan de la estupidez del poder que ahora detentan. Y eso es lo que le está sucediendo al Movimiento de Regeneración Nacional, que en su nombre lleva la “reconstrucción que hace un organismo vivo por sí mismo de sus partes perdidas o dañadas”, y si el odio es el combustible de los actos y las decisiones, lo único que podemos esperar es el desastre.

Por desgracia en ese brete estamos los mexicanos con la mayoría artificial del Movimiento de Regeneración Nacional, que hasta ahora han utilizado el odio como el único camino para detentar el poderío que por desgracia la mayor parte de los mexicanos les entregó. Y podemos decir que hasta ahora el ánimo social en todo el país no comulga con las decisiones que han estado tomando las hordas del Movimiento de Regeneración Nacional.

La estrategia de confrontarnos nos ha salido muy cara, porque los únicos que perdemos somos los ciudadanos que hasta ahora hemos estado observando la forma en que las hordas morenistas se afana por destruir a este país a través de la siembra del odio, ese mismo odio que se les revertirá en el futuro cuando los ciudadanos decidan declinar de los destrozos que hasta ahora han venido realizando al país.

La Democracia en este país ha sido mancillada por el odio brutal de la horda de hombres y mujeres que no entienden que la armonía de un país pasa por las estructuras gubernamentales, y desde ahí se tiene que reconstruir el tejido social para evitar que al final de todo se conviertan en bandos irreconciliables que mantengan en el tiempo y el espacio una miserable contienda entre los mexicanos de todas las latitudes.

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Nunca la siembra del odio ha generado paz y tranquilidad, por el contrario, el resultado siempre ha sido el encono, la mendicidad, la brutalidad, la estupidez, la ofensa, pero sobre todo, el aniquilamiento de aquellos que por desgracia son los menos, ante las turbas de las violentas hordas que promueven el encono sin pensar en que el corto plazo podrán causar daño, pero en el largo plazo estarán sembrando la venganza y la infamia.

Hoy por desgracia a este país lo agobia la llamada KAKISTOCRACIA, que no es otra cosa que el gobierno de los peores, esos que antes que pensar en cómo reconstruimos lo que hemos destruido a causa de los excesos de todas las corrientes del pensamiento, siguen sembrando la discordia, el odio y la maldad, antes que la concordia, La Paz y la tranquilidad para alcanzar el ideal de la armonía. Pobre país, pobres mexicanos, con liderazgos cargados de infamia despotismo y encono por un lado, y la desgracia de no tener ni siquiera un poco de dignidad para aceptar que estamos destruyendo a este país. Al tiempo. [email protected]


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