Ucrania usa nuevos drones para vencer a Rusia
El conflicto entre Ucrania y Rusia ha vuelto a dar tema de conversación, ya que se ha demostrado lo que las nuevas tecnologías pueden lograr en el campo de batalla. Las miradas se centran en Ucrania, que ha desarrollado una nueva arma altamente efectiva. Las autoridades de ambos países han confirmado que Ucrania usa nuevos drones, conocidos como “Dragon(es)”, que están cambiando las reglas del juego. Aquí en La Chispa te contamos más al respecto.
El poder destructivo de los “dragones”
Este pequeño vehículo no tripulado se ha convertido en una verdadera pesadilla para las fuerzas rusas, pues literalmente abrasa todo a su paso, tal como hacen los dragones en las películas. Los “dragones” se utilizan principalmente en la defensa, pero su capacidad ofensiva no se queda atrás.
Ucrania usa nuevos drones que, al volar sobre ubicaciones enemigas, liberan un compuesto químico devastador: la “Termita”. No se trata de los insectos que consumen madera, sino de una mezcla química de polvo de aluminio y óxido de hierro. Cuando estos componentes se activan con una descarga eléctrica, producen un calor extremo superior a los 2,200 °C, suficiente para derretir y calcinar todo a su paso. Incluso el acero se derrite como mantequilla ante el poder de la “termita”; de ahí su nombre, pues se “come” todo.
Testimonios de la batalla
Un experto militar de Rusia, que ha presenciado de cerca los ataques de los “dragones” y confirma su eficacia. Según él, el dron es muy pequeño, lo que dificulta su detección a tiempo. Cuando finalmente logras verlo, ya es tarde; está lanzando una lluvia de “magma” sobre tu base y no hay nada que se pueda hacer. Termina su declaración diciendo que ni los tanques pudieron soportar una “llamarada del Dragón”.
Terrible impacto ambiental
Las autoridades ucranianas han reconocido el daño ambiental que causan los “dragones” a la tierra y los bosques. Aclaran que, aunque les preocupa, prefieren sacrificar algunos bosques que perder su soberanía ante Rusia. Ucrania ataca depósito militar enemigo para debilitar las capacidades rusas, incluso si esto implica consecuencias ecológicas.
Estas declaraciones han llamado la atención de organismos internacionales que están investigando si el uso de estos drones se ajusta a las normas de guerra. A pesar de que es una guerra existen límites, se prohíbe el uso de ciertas armas por el daño ambiental o a terceros que pueden causar. Un ejemplo es el “Fósforo blanco”, un gas devastador que quema piel y músculos, que ha sido prohibido por su capacidad de afectar a civiles inocentes.
